Ingresa al Guinness el mural Etnias, hecho para Río 2016

El mural Etnias del artista Eduardo Kobra, pintado en el Boulevard Olímpico de Río de Janeiro, recibió el certificado del Libro Guinness de los Récords como el más grande grafiti del mundo. La obra, que se extiende por 3 mil metros cuadrados, representa la unión entre los pueblos de los cinco continentes, a través de rostros de los pueblos Huli (Nueva Guinea), Mursi (Etiopía), Kayin (Tailandia), Supi (Europa) y Tapajós (Américas), en una relación con los cinco anillos olímpicos.

Kobra afirmó que, antes de que llegara el certificado, el mural ya significaba una superación, debido a sus dimensiones. Él dijo que no pintó Etnias con la intención de alcanzar el récord. “Yo realmente no había pensado en ello. Sabía de la dificultad del mural, de su proporción, y de todo lo que significaría conseguir realizar un trabajo con esas proporciones. Era algo de superación para mí”, dijo.

Récord de selfies

Según el artista, la movilización que llevó al título fue creada por las redes sociales. “Empezaron a marcar el Guinness Book en varios mensajes de Instagram y, para mi sorpresa, la movilización hizo que el mural ingresara oficialmente al Libro Guinness como el más grande del mundo. Me sorprendí mucho por esto y estoy muy honrado”, dijo.

Además del tamaño, la obra rompió otro récord, no incluido en el certificado: la cantidad de fotografías tomadas por el público que fue al Boulevard Olímpico. Etnias se ha convertido en una de las mayores atracciones locales durante los Juegos Río 2016. “Hice un mural en Nueva York, aquel del beso, que fue uno de los diez lugares más fotografiados de la ciudad, pero el número de selfies que tomaron en ese mural Etnias (...) fue algo increíble.”

Trabajo duro

El artista dijo que la pintura consumió meses de trabajo suyo y de otras diez personas. “Hubo una organización logística, con muchos colores para llenar. He contado con la colaboración de algunas personas para preparar todo”, explicó.

Él relata que hizo más de diez dibujos experimentales. “Me tomé tres meses con el dibujo, luego un mes más preparando la pared y otro mes pintando.” Durante ese período, se enfrentó a días de lluvia, intenso calor y fuerte luz del sol. “No podía ver muy bien los colores, y el muro era demasiado rústico.”

Kobra cree que su trabajo abrió el camino para que otros artistas invitados por la alcaldía de Río pinten paredes y muros de viejos edificios de la zona portuaria, cambiando su aspecto y transformándola en una galería de arte al aire libre. “Este muro queda como un legado a la ciudad”, dijo.

Traducción: Leonardo Vieira