La invisibilidad lesbiana dificulta el acceso a derechos en Brasil

La Oidoría Nacional de Derechos Humanos, órgano vinculado al Ministerio brasileño de Derechos Humanos, registró 82 agresiones contra lesbianas solo en el primer semestre de 2017. Las agresiones motivadas por la orientación sexual afectan incluso a niñas y adolescentes. En 2016 y 2017, por medio de sus canales de atención, la Oidoría recibió 21 casos de niñas que sufrieron violencia sexual y que asociaron la violación al hecho de ser lesbianas. Los datos fueron obtenidos con exclusividad por Agência Brasil.

Los números deben ser aún mayores, pues la violencia contra lesbianas ocurre a menudo dentro de los propios hogares, por acción de parientes, lo que puede llevar al silencio de la víctima y, consecuentemente, a la subnotificación. Es lo que explica la Oidora Nacional de Derechos Humanos, Irina Karla Bacci, quien añade que muchas mujeres que sufren ese tipo de violencia aún no han asumido su sexualidad y, por eso, evitan hacer denuncias.

“El componente de la violencia es aún mayor porque, asociado a la invisibilidad, trae un sufrimiento psíquico muy grande. Muchas veces, esas niñas y mujeres no pueden contar con el respaldo familiar”, evalúa.

Bacci menciona el informe lanzado recientemente por el Foro Brasileño de Seguridad Pública sobre violaciones en el país, que no distingue las situaciones por la orientación sexual de la víctima, aunque eso sea recurrente, dado que hay actos violentos practicados como forma de “corrección” del patrón sexual.

En los últimos dos años, la Oidoría registró, a través del canal que mantiene en Internet, denuncias contra seis sitios web que incentivaban violaciones de lesbianas. Para ella, debe hacerse esa distinción, para “conocer mejor la violencia y poder elaborar mejores políticas públicas”.

Lucha por reconocimiento

Con el propósito de traer a la luz esa realidad, el 29 de agosto fue consagrado como el Día Nacional de la Visibilidad Lesbiana. La fecha remite a la realización, en 1996, del 1er Seminario Nacional de Lesbianas, que trató de la ocurrencia de violaciones de derechos contra esa población. Aunque más de 20 años se han pasado desde entonces y mucho ya se ha conquistado, como la afirmación de políticas para la población LGBT y la ampliación de su espacio en los medios, algunos desafíos permanecen en las instituciones y en las calles, incluso el reconocimiento público de la lesbianidad.

“Aún necesitamos ser vistas como personas con derechos. Necesitamos dar visibilidad a nuestras vivencias, porque estamos en todas partes. Somos profesoras, funcionarias, empleadas de hogares, prostitutas. Estamos allí, solo no quieren vernos”, dice la vicepresidenta de la Asociación Brasileña de Gais, Lesbianas, Travestis y Transexuales (ABGLT), Heliana Hemeterio dos Santos. Para ella, esa invisibilidad tiene que ver con la propia condición de género de esas personas. “Somos mujeres en una sociedad patriarcal. Dentro de ese patriarcado, las mujeres son invisibilizadas. Y, en el caso de las lesbianas, todavía hay la idea de que no cumplen las funciones de reproducción que ese patriarcado espera de las mujeres”, apunta.

Traducción: Leonardo Vieira