Río de Janeiro cumple 450 años

Hay pocos rastros de los edificios construidos por los portugueses en

Publicado en 27/02/2015 - 14:07 Por Vitor Abdala – Reportero de Agência Brasil - Río de Janeiro

Fortaleza de São João, no bairro da Urca, que começou a ser erguido em 1565 (Tânia Rego/Agência Brasil)

Fortaleza de San JuanTânia Rêgo

Hace 450 años, el colonizador portugués Estácio de Sá desembarcó en una playa entre los cerros Cara de Perro y Pan de Azúcar, donde hoy se ubica el barrio Urca. El principal objetivo era expulsar a los franceses, que se establecieron en la Bahía de Guanabara años antes sin autorización de la corona portuguesa, y guerrear contra los indios Tamoios. Allí, Río de Janeiro fue fundado por primera vez en 01 de marzo de 1565.

Dos años después, luego de haber ganado la guerra, el gobernador general Mem de Sá, tío de Estácio de Sá, decidió cambiar la precaria villa de lugar, trasladándola desde Urca al Cerro del Castillo. En el sitio original, quedaron solo un fuerte y algunas casas. Por razones estratégicas, Río fue “fundado” por segunda vez.

Sin embargo, de aquel período, poco permaneció excepto relatos. Muy pocas estructuras físicas de los primeros años de la colonización de la ciudad sobrevivieron a estos cuatro siglos y medio. De los edificios del siglo XVI, casi nada quedó de pie.

El geógrafo João Baptista Ferreira de Mello, de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ), promueve recorridos por los sitios históricos de Río y afirma que la mayoría de las construcciones de los primeros días de la ciudad utilizaba métodos y materiales precarios. Por lo tanto, estos edificios han desaparecido o fueron reemplazados por construcciones más sólidas. “Las iglesias, por ejemplo, empezaron a construirse en el siglo XVI, pero estaban hechas de barro y paja”, dice.

Otra de las razones de esta falta de edificios históricos primordiales fue la destrucción del Cerro del Castillo, el núcleo original de la segunda fundación. En 1922, el entonces alcalde de Río de Janeiro, Carlos Sampaio, arrasó el cerro, que tenía construcciones como el Colegio de los Jesuitas y la Iglesia de San Sebastián, con el fin de modernizar la ciudad para acoger la exposición universal que celebró los 100 años de la independencia de Brasil.

“El Cerro del Castillo tenía no solo esas construcciones, sino también muchas chozas. Él reunía a una masa urbana pobre. Así que hubo una gran discusión acerca de la demolición del cerro con el fin de modernizar y abrir más la circulación del aire en la ciudad. En Río, mucho se discutió sobre preservar los lugares más antiguos y modernizar la ciudad. Esto provocó una gran polémica en la prensa. Terminó ganando el grupo que abogaba por el derrumbe”, afirma la historiadora Marieta de Moraes Ferreira, de la Fundación Getúlio Vargas, organizadora del libro Rio de Janeiro: uma cidade na história ("Río de Janeiro: una ciudad en la historia").

Ladeira da Misericórdia, região central da cidade (Tânia Rêgo/Agência Brasil)

La Pendiente de la Misericordia, el único vestigio del Cerro del Castillo, es considerada una de las primeras calles de la ciudad Tânia Rêgo

La Pendiente de la Misericordia, el único vestigio del Cerro del Castillo, es considerada una de las primeras calles de la ciudad y se habría construido luego a principios de la ocupación de Río, en la segunda mitad del siglo XVI.

Fortaleza de São João, no bairro da Urca, que começou a ser erguido em 1565 (Tânia Rego/Agência Brasil)

Puerta de la Fortaleza de San JuanTânia Rêgo

Del núcleo original de la primera fundación de la ciudad, en Urca, solo quedó la puerta de la Fortaleza de San Juan, un complejo militar que empezó a construirse en 1565, ya en los primeros días de la colonización portuguesa. Varias adiciones, modificaciones y reconstrucciones se hicieron allí. Según el responsable del sector cultural de la Fortaleza de San Juan, el coronel Thadeu Marques de Macedo, la estructura actualmente declarada Patrimonio Histórico Nacional es de inicios del siglo XVII.

Macedo explica que, con el tiempo, el fuerte debió ser mejorado para mantener su función militar. Por lo tanto, las construcciones originales fueron reemplazadas por estructuras más resistentes. “La evolución del arte bélico hizo que las fortificaciones también evolucionaran”, dijo el coronel.

En estos 450 años, sin embargo, Río ha sabido conservar el símbolo de su fundación: un monumento en mármol blanco con el escudo de Portugal tallado en una cara y la cruz de Cristo en la otra. La pieza, que ya estuvo en Urca y en el Cerro del Castillo, hoy se expone en la Iglesia de los Capuchinos, en Tijuca, región norte de la ciudad, y se le da poca atención.

En la misma iglesia se encuentra la tumba del fundador de la ciudad, Estácio de Sá, quien murió en 1567 de una flechada en la cara.

Traducción: Leonardo Vieira


Fonte: Río de Janeiro cumple 450 años

Edición: Graça Adjuto/Nira Foster

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