Cambiar el transporte contra el calentamiento global requiere el apoyo de todos

Representantes de Portugal y Chile destacaron este miércoles (6) la importancia de obtener el apoyo de la sociedad para que los esfuerzos dirigidos a reducir la emisión de gases de efecto invernadero en el transporte urbano sean exitosos. Las experiencias de ambos países se debatieron durante el Encuentro Internacional sobre Descarbonización del Transporte.

El secretario de Estado Adjunto y del Ambiente de Portugal, José Mendes, argumentó que la discusión no debe limitarse a la tecnología. “El aumento en la cuota de mercado del transporte público es demasiado lento, no solo en Brasil, sino en todo el mundo. Lo peor que podemos hacer es ceñirnos exclusivamente a la tecnología. Debemos trabajar para crear conciencia y llamar a las personas a participar”, dijo.

Mendes cree que una revisión del paradigma del transporte a través de la reducción del uso de vehículos individuales es una meta a nuestro alcance. “Creo en la humanidad y en su capacidad de generar cambios. A finales del siglo XIX, usábamos caballos como medio de transporte. Las discusiones se centraban en cómo lidiar con el estiércol de caballo en la ciudad. En 1910, los automóviles tomaron las calles. Todo cambió en solo 10 años”, ilustró.

Explicó que las medidas adoptadas por Portugal para lograr los recortes en las emisiones de gases de efecto invernadero, tal como se establece en el Acuerdo de París, implicaban iniciativas tanto a corto como a largo plazo. “En una democracia tenemos ciclos de evaluación, ciclos electorales. Es difícil conseguir el apoyo público para objetivos a largo plazo, así que nos vemos obligados combinar objetivos a largo plazo con victorias rápidas a corto plazo.”

Portugal ha invertido en iniciativas que producen resultados rápidos, como la expansión de la red de metro de Lisboa y Oporto, y ofrece incentivos fiscales a quienes estén interesados en compartir coches y bicicletas, señala Mendes. Por otro lado, el gobierno también está invirtiendo en medidas a largo plazo, como el uso de automóviles y autobuses eléctricos, un plan aún en etapa inicial.

Mendes fue articulador de la Alianza para Descarbonización del Transporte, lanzada en la COP23, última conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, celebrada en noviembre en la ciudad de Bonn, Alemania. El pacto, que también incluye a Francia, los Países Bajos y Costa Rica, tiene como objetivo promover el intercambio de experiencias y el diálogo. Se espera que más países se unan al acuerdo en el futuro.

Desigualdad social

La participación de la población en el diálogo sobre hábitos de transporte también fue defendida por la exalcaldesa de Santiago Carolina Tohá, actualmente copresidenta del Grupo Consultivo de Alto Nivel para el Transporte Sostenible de la Secretaría General de las Naciones Unidas.

Tohá detalló un plan de transportes para Santiago, implantado bajo su administración, que excluyó los vehículos individuales y priorizó el transporte público y los peatones en la zona central de la ciudad. Tohá cree que el diálogo con residentes, comerciantes y entidades como el Consejo de Monumentos y el Servicio para Discapacitados desempeñó un papel fundamental en el programa.

Mencionó además el papel de la desigualdad social en la movilidad urbana. “Las personas de bajos ingresos son las que más caminan y usan el transporte público. El medio de transporte en el que se invierte dice mucho sobre qué clase social se prioriza”, dijo la exalcaldesa de Santiago, quien también recomendó “reemplazar el sueño de conseguir un coche” por un sueño que incluya el uso de múltiples medios de transporte.

El Encuentro Internacional sobre Descarbornización del Transporte está organizado por el Instituto Clima y Sociedad (ICS), el Instituto de Energía y Medioambiente (Iema) y la Embajada de Alemania.

Traducción: Lucas Magdiel