Obispos brasileños piden manifestaciones pacíficas el próximo domingo

Después de una reunión de tres días, representantes del Consejo Permanente de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) divulgaron este jueves (10), en Brasilia, un comunicado pidiendo que sean pacíficas las manifestaciones pacíficas previstas pata el próximo domingo. Los obispos también advierten del riesgo de polarización social y de la importancia, para la democracia, del respeto a los diferentes puntos de vista.

La CNBB consideró inaceptable que los partidos “alimenten” la crisis económica del país con la actual crisis política y recordó que el Congreso Nacional y los partidos políticos tienen el “deber ético de fomentar y fortalecer la gobernabilidad”.

Mons. Sergio da Rocha, presidente de la CNBB, instó a “garantizar el orden constitucional en el país. Que todos actúen conforme a la ley y con respeto a la Constitución”, dijo, señalando que la entidad no tiene una posición partidista.

Por su vez, Mons. Murilo Krieger, vicepresidente de la CNBB, dijo que para que se preserve la paz en Brasil, todos deben colaborar, y recordó que es “corresponde al Congreso cuidar de que el país prospere, con leyes justas. Los partidos, no importa si están en el poder o en la oposición, pueden realizar una importante contribución, por la fuerza que representan. Si, de repente, un país como el nuestro se vuelve ingobernable, resultará difícil hablar de paz social.”

Krieger expresó su preocupación por el momento actual que enfrenta el país. “Sabemos que hay momentos en que las personas pierden el sentido común. Y nos parece que eso puede suceder de repente”, dijo, argumentando que si cada ciudadano trata de defender solamente su punto de vista “de forma tan vehemente”, olvidando el respeto hacia los demás y a las instituciones, acabarán por herirse mutuamente.

La nota difundida por los obispos también defiende una investigación profunda sobre las sospechas de corrupción en el país. “Tenemos que investigar hasta el fin o no se hará justicia”, dijo Mons. Sergio da Rocha.

Traducción: Lucas Magdiel