Sepultado el niño muerto por bala perdida en Río

Al sonido de aplausos y gritos por justicia, fue enterrado el martes (29) por la tarde el cuerpo del niño Ryan Gabriel, de 4 años, muerto el lunes tras recibir un disparo en el pecho el domingo de Pascua, en Morro do Cajueiro, durante tiroteo entre contrabandistas. Los residentes de la comunidad, que ya habían realizado una protesta ayer quemando dos autobuses y destrozando dos paradas, volvieron a manifestarse y bloquearon la principal avenida que pasa por la región.

Durante el entierro en el cementerio de Irajá, el abuelo del niño, Milton do Amparo, lamentó la violencia y deseó: “Que no suceda más. Que no haya más bala perdida. Es horrible, algo que nadie espera. Necesitamos más seguridad en la ciudad, dar más valor al ser humano.”

Milton do Amparo confesó que ya no puede dormir en la cama donde el nieto dormía con él. “Ahora estoy durmiendo en el suelo”, declaró, mientras seguía el funeral.

La madre del niño, Tayane Pereira da Silva, de 20 años, estaba inconsolable. “No merezco. Mi hijo, no. Mi corazón tiene un agujero, está vacío. Clavaron un cuchillo en mi corazón”, gritaba al borde de la lápida cuando el pequeño ataúd blanco se abrió por última vez, a su pedido.

De camino a casa, los residentes de Morro do Cajueiro hicieron otra protesta, en la Avenida Edgar Romero, barrio de Madureira, lo que provocó el cierre del tráfico y de tiendas locales. La policía tuvo que dispersar a los grupos más exaltados utilizando gas pimienta.

Traducción: Leonardo Vieira