Fiestas juninas: una mezcla de fe, comida y baile

Las tradicionales fiestas juninas en Brasil tienen su origen en la Europa católica y fueron introducidas en el país por los portugueses durante el período colonial. Estas celebraciones rinden homenaje a los santos católicos San Antonio, San Juan Bautista, San Pedro y San Pablo, y se caracterizan por las hogueras, las kermesses y las danzas, combinando afectos, enseñanzas religiosas y relatos que abarcan siglos de historia popular.
Según Ana Beatriz Dias Pinto, doctora en Teología y profesora de la Pontificis festividades trascienden las fechas litúrgicas y se transforman en experiencias colectivas que mezclan fe, gastronomía, danza y memoria afectiva. “Cada festejo, cada hoguera y cada ritual constituye una catequesis viva, transmitida no a través de libros, sino mediante gestos, sabores y ritmos que crean un universo de significados para la religiosidad popular y reflejan nuestra cultura", dice.
Dias Pinto explica que la tradición de la hoguera se originó de un acuerdo entre Isabel y María, dos primas embarazadas que decida Universidad Católica de Paraná, estaieron que cuando naciera Juan, Isabel encendería una hoguera para alertar a María. "Así surgió la señal, que todavía hoy se enciende en todas las kermesses de Brasil para celebrar el nacimiento del único santo cuya festividad se conmemora en su fecha de nacimiento (24 de junio), y no en la de su muerte".
La hoguera de San Juan simboliza la luz de la vida en tiempos de oscuridad y la esperanza de eliminar todo aquello que reste alegría a la vida, explica la profesora. Además, el acto de saltar sobre la hoguera representa la purificación, el renacimiento y el deseo hecho realidad.
Otro símbolo tradicional de las fiestas juninas es el arraial, que recrea una aldea temporal y sagrada, con una iglesia, un cura, una boda y padrinos. "Es una versión en miniatura de la organización social católica, presentada de manera colorida y lúdica para rendir homenaje a la población rural o caipira que abastece de alimentos a los centros urbanos".
Quadrilha y kermesse
Según Dias Pinto, la quadrilha, un baile en pareja popular en las festividades, se originó en los bailes de salón franceses y gradualmente se transformó en una danza coreografiada en Brasil.
El término kermesse, que se refiere a la fiesta de la iglesia, tiene su origen en el flamenco kerkmisse, compuesto por kerk, iglesia, y misse, misa. Inicialmente, esta celebración surgió como un evento benéfico, pero con el tiempo, en Brasil, ha incorporado elementos como el forró, un género musical y danza del nordeste brasileño, además de puestos de feria con juegos, bingos y perritos calientes.
"Es esencialmente una celebración comunitaria para agradecer las cosechas y expresar que la gente quiere misa, pero también quiere fiesta, unidad, convivencia y amistad. Son valores presentes en la sociedad brasileña, tanto en el campo como en la ciudad", explica Ana Beatriz.
Comida y bebida
Las fiestas de junio en Brasil coinciden con la cosecha de alimentos como el maíz, los cacahuetes, los piñones y las uvas. De estos ingredientes surgen platos como la canjica, la pamonha, el pastel de maíz y el curau, todos elaborados con maíz o sus derivados, así como el pé-de-moleque (dulce de cacahuetes) y el piñón hervido o asado. Bebidas como el quentão (vino caliente con especias) de origen portugués, desempeñan un papel social al calentar el cuerpo y el alma. "Todas estas comidas y bebidas son una forma de agradecer el éxito de la siembra, presentadas como aperitivos", comenta la profesora de teología.
El papel de las fiestas
Para Dias Pinto, las fiestas de junio son aún más relevantes hoy en día, en una era dominada por la comunicación digital y las redes sociales, ya que actúan como un ritual colectivo, una memoria afectiva y una expresión de espiritualidad popular auténtica. Estas fiestas reflejan pertenencia, alegría y esperanza a través de bailes, juegos y la celebración de la cosecha de alimentos típicos del invierno.
"Las fiestas de junio representan simbólicamente el imaginario devocional y cultural brasileño, donde hay espacio para muchas oraciones, rituales y la conciencia de que el año ha llegado a su mitad. Nos invitan a reflexionar, agradecer y reavivar nuestra fe para lo que está por venir".


