Brasil prohíbe fumar en espacios cerrados y veta la publicidad de cigarrillos

Dos años y medio después de que se publicara la Ley antitabaco en Brasil, la presidenta Dilma Rousseff firmó un decreto que reglamenta la norma y prohíbe fumar en lugares cerrados de uso colectivo y pone fin a los fumaderos (recintos dedicados a los fumadores, conocidos en Brasil como “fumódromos”). El reglamento –firmado el último sábado (31), cuando se celebró el Día Mundial sin Tabaco–, también veta cualquier publicidad de cigarrillos en el país y amplía el tamaño de los letreros de advertencia que deben figurar en los envases de los productos.

Las nuevas reglas entran en efecto en diciembre y buscan desestimular el consumo del tabaco y proteger a quienes no fuman. De acuerdo con la nueva ley, se prohibirá el consumo de cigarrillos, cigarros, pipas y otros productos del tabaco en lugares públicos de uso colectivo, total o parcialmente cerrados.

La reglamentación también establece limitaciones para la exhibición de productos del tabaco dentro de los establecimientos, que estarán obligados a exponer mensajes advirtiendo sobre los daños producidos por el tabaco. La ley determina que los establecimientos –y no el fumador– serán responsables de cumplir con las normas. Si el establecimiento no consigue convencer al fumador de respetar la ley, deberá llamar a la policía. En caso de incumplimiento de la norma, las autoridades pueden advertir, multar o incluso cerrar el establecimiento. Las multas van desde US$ 883 a US$ 662.544,15, dependiendo de la infracción.

Hoy, en Brasil, según el Ministerio de Salud, el 11,3% de los adultos brasileños que viven en las capitales son fumadores. En 2006, el índice era del 15,7%. La proporción de adultos que fuman 20 cigarrillos o más al día también disminuyó, pasando del 4,6% al 3,4% en los últimos ocho años. Gracias a la reglamentación, el Gobierno espera reducir a menos del 10% el porcentaje de fumadores adultos hasta 2021.

Traducción: Lucas Magdiel