Científicos y movimientos sociales piden al Papa apoyo contra transgénicos

Científicos y miembros de movimientos sociales pidieron el apoyo del Papa Francisco para convencer al gobierno de Brasil a suspender todas las licencias ambientales que autorizan el cultivo y el uso de transgénicos y derivados en Brasil. En una carta enviada al Vaticano a finales de abril, ocho investigadores de seis países sostienen que la posibilidad de que empresas multinacionales registren la propiedad de procesos vivos y formas de vida, tales como semillas, amenazaría la seguridad alimentaria y fomentaría la biopiratería –por lo tanto, debería prohibirse–.

Encomendada por la Vía Campesina (entidad internacional de campesinos) a los científicos que simpatizan con los movimientos sociales, la carta se suma a una serie de iniciativas de la sociedad civil, como una petición de 2009, firmada por más de 800 investigadores, contra los Organismos Genéticamente Modificados (OGM). Una copia del documento enviado al Papa fue entregada a la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB).

Según el experto en bioseguridad Rubens Nodari, el texto menciona varias investigaciones que indican los daños de los transgénicos a la salud y al medio ambiente, y contiene elementos “determinantes” que muestran los impactos adversos de los OGM sobre la biodiversidad y los animales. “En la esfera pública, el debate sobre los transgénicos se ha vuelto muy restringido. Si logramos involucrar a la Iglesia, tal vez podamos sensibilizar a otros sectores de la sociedad acerca de estas amenazas”, dijo Nodari. El experto señaló que Brasil es signatario de tratados internacionales sobre bioseguridad, como el Protocolo de Cartagena, que determina, en caso de duda, que se adopte el enfoque de la precaución.

El miembro de la dirección nacional del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), João Pedro Stédile, señaló varias razones por las que los movimientos se oponen a los transgénicos. “La Vía Campesina, por ejemplo, se opone por razones sociales y políticas. Los transgénicos permiten que las empresas se apropien de las semillas, que son un patrimonio de la humanidad. Y el uso de estas semillas incrementa el uso de veneno, lo que llevó Brasil a convertirse en líder mundial del uso de pesticidas. Combinados, los transgénicos y los venenos matan a los seres vivos y destruyen la biodiversidad. Las semillas [modificadas] también no son democráticas y contaminan a las tradicionales.”

El Papa interesado

Al recibir la copia de la carta enviada al papa Francisco, el secretario general de la CNBB, Mons. Leonardo Ulrich Steiner, comentó que el pontífice ya demostró interés por los temas ambientales y ya mencionó, incluso, la intención de preparar una encíclica sobre la preservación del medio ambiente.

“El santo Papa está muy interesado en estos temas. Ciertamente, si, tras hablar con los científicos, él percibe la importancia del valor ético de la cuestión y la necesidad de hablar, lo hará, sin lugar a dudas. Porque es una persona que tiene opinión y ha puesto de relieve que la economía no puede prevalecer sobre la persona humana”, afirmó Steiner. El secretario general considera la posibilidad de discutir el asunto personalmente con Francisco durante una reunión programada para septiembre.

Además del experto Nodari, también firman la carta al Papa: la ingeniera agrónoma austriaca Ana Maria Primavesi; el argentino Andrés Carrasco, experto en biología celular; Elena Álvarez-Buylla Roces, doctora en genética molecular de la Universidad de México; Pat Mooney, investigador canadiense; Paulo Kageyama, ingeniero agrónomo especializado en genética y biodiversidad, de la Universidad de São Paulo; Vandana Shiva, física y filósofa india; y el médico laboral Wanderlei Pignati, de la Universidad Federal de Mato Grosso.

Traducción: Leonardo Vieira