Estudio comprueba que sabana brasileña se encuentra desprotegida
Ocupación irregular de tierras, deforestación y falta de estructura de vigilancia fueron algunos de los problemas detectados durante tres años de investigaciones desarrolladas por la Fundación Joaquim Nabuco (Fundaj) en 14 unidades de conservación federales de protección integral, ubicadas en el bioma Caatinga. Un estudio titulado Atlas de las Caatingas, publicado divulgó esta semana, reúne datos detallados acerca de la tierra y de la flora en cada una de las áreas estudiadas.
Uno de los biomas menos estudiados del país, la Caatinga se extiende por diez estados y comprende el 10% del territorio nacional, con 844 mil kilómetros cuadrados. Es el único bioma que se encuentra exclusivamente en Brasil y es famoso por su paisaje en la estación seca, cuando los árboles pierden sus hojas y la vegetación se vuelve gris y quebradiza. El estudio cartografió alrededor del 1% de ese territorio.
En su trabajo, los investigadores recorrieron más de 22 mil kilómetros a través de las 14 áreas protegidas, todas gestionadas por el Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad (ICMBio). En ellas, no se permite el desarrollo de ninguna actividad económica –aunque sea sostenible– , con excepción del turismo y de la investigación científica.
Para llegar a un diagnóstico, se entrevistó a todos los jefes de las unidades de conservación, bien como al personal de ICMBio, a residentes de la región y a profesores que desarrollan estudios en la región.
Según Neison Freire, investigador titular de Fundaj que coordinó el estudio, cada unidad tiene problemas específicos, pero la falta de recursos humanos y financieros es una constante y termina por agravar las dificultades locales.
“Los problemas de gestión se encuentran en todas partes. No son locales, sino más bien federales, debido a la escasa atención que recibe ese bioma, el único exclusivamente brasileño”, señaló Freire.
La sociedad también representa una amenaza a esas áreas protegidas. Tras su creación, las poblaciones que vive o trabaja en la zona deben ser compensadas y reasentadas. Además de la resistencia mostrada por las comunidades tradicionales, como indígenas y descendientes de esclavos; agricultores –incluidos los pequeños terratenientes– también siguen ocupando territorios prohibidos. “Algunos fueron indemnizados y no quieren irse, y otros especulan para lograr una mayor apreciación de la tierra antes de que se vayan, lo que trae muchos problemas para la gestión y la supervisión de las unidades”, dijo Freire.
Catimbau y Chapada Diamantina
En la opinión de Freire, la unidad que sufre más problemas es el Parque Nacional Catimbau, en el estado de Pernambuco, que no cuenta ni siquiera con una oficina de ICMBio, y cuya demarcación nunca fue hecha. Además, se registran en el área conflictos por la tierra y el corte ilegal de madera. Otra unidad que se enfrenta a desafíos es considerada una joya turística de Brasil: el Parque Nacional de Chapada Diamantina.
“Tenemos, por una parte, el agronegocio, que utiliza muchos fertilizantes, que contaminan ríos y masas de agua, y, por otra parte, una especulación muy fuerte”, dijo.
El investigador dice que, en la ciudad turística de Lençois (estado de Bahia), zonas protegidas son divididas para la construcción de albergues, no por residentes locales, sino por empresarios del sur del país.
Demarcación de tierras
El Atlas de las Caatingas incluye recomendaciones para la protección efectiva de las áreas estudiadas. Hay que abordar con urgencia el problema de la ocupación ilegal para reunir todas las unidades bajo el control gobierno federal, dijo el investigador.
Entre las recomendaciones se incluyen también la monitorización sistemática con drones, torres de observación y la contratación de brigadas –especialmente durante los períodos de sequía– para combatir incendios forestales.
El estudio se llevó a cabo en asociación con la Universidad Federal de Campina Grande (UFCG) entre diciembre de 2013 y diciembre de 2016.
Traducción: Lucas Magdiel
Fonte: Estudio comprueba que sabana brasileña se encuentra desprotegida