Después de casi seis años, Rousseff deja Palacio de la Alvorada

La expresidenta Dilma Rousseff dejó el Palacio de la Alvorada, residencia oficial de la Presidencia que ocupaba desde enero de 2011. Al salir del palacio, antes de dirigirse a la base aérea donde se embarcaría a Porto Alegre en un avión de la Fuerza Aérea Brasileña, la exmandataria pidió parar el vehículo en que se encontraba y se bajó para saludar a los cientos de personas –sobre todo mujeres– que la aguardaban desde temprano en la mañana para despedirse de ella.

Acompañaban a la expresidenta el exministro José Eduardo Cardozo, quien fue su abogado en el proceso de impeachment; los exministros Kátia Abreu, Miguel Rossetto, Jaques Wagner y Ricardo Berzoini; además de algunos senadores del Partido de los Trabajadores (PT).

Acogida en Porto Alegre

En la sureña ciudad de Porto Alegre, un grupo de militantes convocó por redes sociales un evento que bautizaron como “Cariños a Dilma por la Democracia”, que se celebrará en la terminal 2 del aeropuerto Salgado Filho y deberá culminar un acto por la noche en la Esquina Democrática, un tradicional bastión democrático de manifestaciones en el centro de esa ciudad.

Según el exministro del Trabajo y Seguridad Social, Miguel Rossetto, Rousseff todavía no ha confirmado si estará presente al acto.

“La presidenta será recibida con mucho entusiasmo y cariño en Porto Alegre. La verdad es que siguen creciendo las manifestaciones contrarias al gobierno golpista, para que no se viole ningún derecho del pueblo trabajador”, dijo Rossetto.

Derechos como expresidenta

Aunque haya sido condenada por cometer delitos de responsabilidad fiscal, Rousseff tendrá derecho a los beneficios concedidos a expresidentes de la República, puesto que ejerció plenamente su primer mandato, entre 2011 y 2014. Después de aprobar la destitución permanente de Rousseff, el Senado decidió mantener sus derechos políticos, lo que la permitirá aspirar a cargos públicos.

Rousseff no percibirá sueldo, pero tendrá derecho a ocho servidores, dos de los cuales asesores, cuatro guardias de seguridad y dos conductores, además de dos coches. Todos los gastos relacionados con la gestión de los servidores y de los dos vehículos serán cubiertos por la Casa Civil con fondos provenientes del Tesoro Nacional.

Traducción: Lucas Magdiel