La presidenta Dilma Rousseff sancionó este miércoles el nuevo Marco Legal de la Biodiversidad, que regula el acceso al patrimonio genético y al conocimiento tradicional asociado. La nueva legislación reemplaza una medida provisional vigente desde 2001, que fue blanco de quejas sobre todo por parte de la industria y de la comunidad científica.
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La ley establece reglas para el acceso a los recursos de la biodiversidad por investigadores y por la industria, y regula el derecho de los pueblos tradicionales a la repartición de los beneficios mediante el uso de sus conocimientos de la naturaleza, incluyendo la creación de un fondo específico para ese pago.
Según Rousseff, la nueva legislación permitirá a Brasil avanzar en la carrera por la innovación en el área de biotecnología. La mandataria también destacó la creación del fondo de repartición de beneficios, que deberá garantizar transferencias a las comunidades tradicionales incluso cuando un conocimiento no esté vinculado a un grupo específico, como una tribu indígena en particular.
La ley estipula que las empresas deberán depositar en el fondo el 1% de los ingresos netos por la venta del producto terminado o material reproductivo procedente de patrimonio genético.
Rousseff afirmó también que la nueva ley va a fortalecer el respeto a las comunidades tradicionales.
“Ese proceso integra a casi 300 pueblos y comunidades tradicionales. Ellos serán respetados, ellos participarán en el proceso de toma de decisiones. Mientras el producto sea comercializado y genere valor, ellos continuarán a recibir.”
Para los científicos, el principal cambio que otorgó la nueva ley es la autorización para que tengan acceso a los recursos de la biodiversidad para realizar sus estudios. La regla actualmente en vigor clasificaba como biopiratería investigaciones hechas sin la autorización del Consejo de Gestión del Patrimonio Genético, lo que ponía a muchos en situación de ilegalidad. El ministro de Ciencia y Tecnología, Aldo Rebelo, cree que el marco regulador debe revertir la situación.
“Les aseguro a los investigadores que ellos no serán más acosados, no serán más intimidados al tener sus plantas sometidas a procesos o amenazadas con procesos que no son compatibles con la ciencia y la investigación."
La sanción del nuevo marco regulador estimulará la ratificación, por parte de Brasil, del Protocolo de Nagoya, instrumento de aplicación del Convenio sobre la Diversidad Biológica, y deberá proporcionar un nuevo diálogo acerca de la implementación del acuerdo en Brasil.