Más de 20 millones de brasileños utilizarán la urna biométrica

El Tribunal Superior Electoral (TSE) reveló este miércoles (20) que 21,6 millones de votantes, lo que supone el 15% de la población que participará en las elecciones de 2014, votarán en urnas con sistema biométrico. El equipo ya se puso a disposición de 762 municipios, incluyendo 15 capitales departamentales. Las urnas identifican los votantes por medio de sus huellas dactilares.

"Es el proceso más seguro que existe", asegura el secretario de Tecnología de la Información del TSE, Giuseppe Janino. Según él, el propósito de la biometría es reducir la intervención humana en el proceso electoral tanto como sea posible y, en consecuencia, reducir también los riesgos de fraude, errores y retrasos. "Podemos decir que no hay ningún sistema perfecto, pero sin duda la identificación biométrica es infinitamente más precisa y segura que la identificación normal, hecha por el hombre", destaca.

De acuerdo con Janino, en este momento, el sistema biométrico no se centra en agilizar el proceso de conteo y sí en reducir el riesgo de fraude. "El proceso de identificación sirve para impedir que una persona se haga pasar por otra", explica.

Pedro Antonio Dourado de Rezende, profesor del Departamento de Ciencias de la Computación en la Universidad de Brasilia (UnB), critica el uso de la biometría en las elecciones y advierte la posibilidad de errores. “Cualquier método de identificación biométrica se basará en alguna técnica probabilística, que implica el reconocimiento aproximado de patrones –entre un patrón registrado y un presentado–, y, por lo tanto, siempre será propenso a errores. Utilizado en gran escala, como en nuestro proceso de votación, esos errores se hacen inevitables, y con un porcentaje de ocurrencias previsibles”, dice el profesor.

Según Rezende, en los casos en que el lector óptico no consiga identificar la huella digital del votante, el miembro de mesa tendrá que identificarlo mediante sus documentos y utilizar una contraseña propia para liberar la urna de votación. En su opinión, este procedimiento genera brechas de seguridad. “Por ejemplo, aquellos que son deshonestos todavía podrán utilizarla [la contraseña] para liberar la urna, de manera que alguien vote en lugar de electores que se abstuvieron, al final del día”, afirma.

Para el profesor Luís Kalb Roses, de la Universidad Católica de Brasilia, la solución a las sospechas es promover auditorías al proceso y buscar la certificación del sistema utilizado. "La biometría es una solución tecnológica dirigida a la autenticidad. Aunque una cosa es el equipo en el cual uno coloca el dedo pulgar, otra es el proceso que realiza la confrontación de esa huella digital con la que se encuentra en la base de datos. Siendo así, el proceso de verificación dactilar tiene que estar funcionando bien. Por lo tanto, es importante que siempre se realicen auditorías", concluye.

Sin embargo, el profesor Kalb coincide en que la biometría es una "excelente opción tecnológica para identificar al usuario". "El sistema biométrico forma parte de una solución de seguridad, pero por sí solo no garantiza la seguridad de todo el proceso", dice.

El TSE informó a Agência Brasil que el sistema de identificación biométrica pasa por más de 20 tipos de pruebas de funcionalidad. Y agregó que desde 2008, cuando se utlizó ese sistema por primera vez, se evalúan los indicadores de no reconocimiento de los patrones biométricos con vistas a verificar la calidad de los softwares que analizan las huellas dactilares, bien como la calidad de los datos recogidos durante su registro. Según informó el TSE, el análisis llevado a cabo en los últimos comicios reveló que el índice de no reconocimiento se sitúa en torno a los 4%.

Incluso en los lugares donde se vota en la urna electrónica, el elector es obligado a presentar un documento oficial con foto, sea la credencial de elector o la cédula de identidad.

Traducción: Lucas Magdiel