El sueño de seguir carrera en el fútbol no puede llevar a un joven a someterse a condiciones degradantes y sin acceso a la educación. Eso caracteriza tráfico de personas. Es lo que alerta la campaña de prevención al tráfico de niños y adolescentes en el deporte, promovida por el Consorcio Trama, que reúne entidades brasileñas de la sociedad civil de defensa de los derechos humanos.
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La abogada Thaísi Bauer, representante del consorcio, explica que muchos jóvenes pasan por diversas violaciones de derechos. Muchos abandonan la escuela, duermen en pésimas condiciones, y entrenan más de diez horas por día. "Sociológicamente, el fútbol es muy importante, no solo aquí en Brasil, como en todo el mundo. Y como hay una gran divulgación en la prensa, de niños que van hacia el exterior y que consiguen seguir carrera en el fútbol y ganar mucho dinero, existe esa cultura de que los niños abandonan la escuela y empiezan muy temprano en el fútbol. Pero un 99% de los niños que intentanla carrera de fútbol no consiguen llegar a un club famoso”, dijo.
Según la abogada, el tráfico interno de esos niños en Brasil es muy grande. Ella alerta que “varios factores llevan a esa situación, como las desigualdades sociales, económicas y culturales, además de la posibilidad de mejorar la vida de la familia”.
