El Índice de Vulnerabilidad Social brasileño cayó el 27% entre los años 2000 y 2010, lo que permitió al país pasar de una franja de alta a una de mediana vulnerabilidad social. Los datos se dieron a conocer este martes por el Instituto de Análisis Económico Aplicado.
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La encuesta muestra que el número de ciudades con alta o muy alta vulnerabilidad social cayó desde 3.610 en el año 2000 a 1.981 en el 2010. En tanto, los municipios con baja o muy baja vulnerabilidad social saltaron desde 638 a 2.326 en el mismo período.
El término vulnerabilidad social se refiere a la ausencia o insuficiencia de recursos o infraestructuras —como flujo de ingresos, condiciones adecuadas de habitación y acceso a servicios de educación— que deberían estar a disposición de todos los ciudadanos.
El documento revela que los factores que tuvieron mayor impacto en la disminución del índice de vulnerabilidad social en el país fueron la renta y el trabajo. Todos los indicadores que abarcan inseguridad de ingresos y precariedad en las relaciones laborales presentaron una mejora en el referido decenio, lo que refleja, según el estudio, una reducción de empleos informales, del trabajo infantil y un aumento en la ocupación.
El director del Instituto de Análisis Económico Aplicado, Marco Aurélio Costa, recordó que, pese a los avances, todavía no se puede decir que Brasil ha superado el problema, y enfatizó que las políticas sociales necesitan tener continuidad:
“En un país desigual como el nuestro y que, pese a todos los avances, aún muestra un panorama de vulnerabilidad social mediana, el problema de la vulnerabilidad social estructural sigue sin resolver. Estamos en un proceso. Los avances son sustanciales. Brasil simplemente no puede desarrollarse y convertirse en un país mínimamente más justo si las políticas sociales no tienen continuidad”.
El Atlas reveló, sin embargo, que persisten las disparidades regionales en el país. Los municipios en el rango de muy alta vulnerabilidad social siguen concentrados en el Norte y el Noreste.