La Amnistía Internacional señala retroceso de los derechos humanos en Brasil
El año de 2015 fue marcado por más retrocesos que avances en los derechos humanos en Brasil. El análisis se encuentra en el informe 2015/2016 de Amnistía Internacional titulado “La situación de los derechos humanos en el mundo”, publicado el martes (23). El documento presenta una visión general de la situación en 160 países.
Según el informe, el Poder Legislativo jugó un papel importante en ese empeoramiento en Brasil. Se citan varios ejemplos: la aprobación del proyecto de ley que tipifica el terrorismo y criminaliza movimientos sociales; la propuesta de derogación del Estatuto del Desarme; la reducción de la edad legal, aprobada por la Cámara de Diputados; la aprobación del Estatuto de la Familia, que deroga, en especial, derechos de la comunidad LGBT; la propuesta de obstaculizar el aborto para mujeres víctimas de violación sexual; el intento de asumir la exclusividad sobre la demarcación de tierras indígenas, que hoy día es tarea del Ejecutivo, etc. El informe señala que los indígenas y defensores de derechos humanos en las zonas rurales fueron las principales víctimas de violaciones de tales derechos en Brasil en 2015.
Homicidios
El número total de homicidios en 2015 no pudo calcularse debido a la falta de transparencia en la mayoría de los estados, pero sin duda fue más alto que en 2014, cuando más de 58 mil personas fueron asesinadas en Brasil.
Acerca de los homicidios cometidos por policías en servicio, el director ejecutivo de Amnistía Internacional en Brasil, Atila Roque, dijo que no se investigó la mayoría de los casos y que hubo frecuentes informes de agentes implicados que intentaron criminalizar a las víctimas alterando la escena del crimen.
“En casi todos los meses de 2015 fue posible observar una situación en que el modo de acción de la policía resultó en la muerte de inocentes, niños y personas que no ofrecían cualquier riesgo a nadie para que fueran objeto de fuerza letal tan alta” observó. Roque concluyó señalando que “un altísimo porcentaje” de los llamados actos de resistencia son, en realidad, ejecuciones.
Casos emblemáticos
Algunos casos fueron emblemáticos en Brasil el año pasado. En febrero, 12 personas fueron muertas por policías militares y cuatro quedaron heridas durante una operación en el barrio Cabula, en Salvador de Bahía. La Policía Civil concluyó que los agentes actuaron en defensa propia, pero organizaciones sociales encontraron evidencias de que las 12 personas fueron víctimas de ejecución. La Fiscalía condenó las acciones de los policías implicados y puso en duda la imparcialidad de la investigación llevada a cabo por la Policía Civil. Uno de los activistas que denunciaron la masacre fue amenazado de muerte y tuvo que huir de Salvador.
En abril, el niño Eduardo de Jesus Ferreira, de 10 años, murió a manos de agentes de policía delante de su casa en el Complexo do Alemão, conjunto de favelas en la zona norte de Río de Janeiro. Los policías intentaron alterar la escena del crimen y retirar el cuerpo del niño, pero fueron impedidos por la familia y los vecinos. Después de recibir amenazas de muerte, la madre de Eduardo y otros familiares tuvieron que dejar la ciudad. Él había sido la cuarta víctima de disparos en la región en menos de dos días.
En septiembre, un niño de 13 años fue muerto durante una operación policial en Manguinhos, otra favela de la zona norte de Río, mientras jugaba el fútbol en la calle.
En noviembre, cinco jóvenes negros de entre 16 y 25 años fueron fusilados dentro de un coche en el barrio carioca de Costa Barros, también por policías militares. Los agentes efectuaron más de 100 disparos hacia el vehículo donde estaban los jóvenes.
En Manaos, capital del estado de Amazonas, 37 personas fueron asesinadas en un solo fin de semana de julio. Se sospecha que haya sido una represalia por la muerte de un policía.
En Osasco, ciudad de la región metropolitana de São Paulo, 18 personas murieron en una sola noche, y las investigaciones iniciales apuntaron la implicación de policías militares.
Sin embargo, la Amnistía Internacional señala la actuación de los movimientos sociales, especialmente de jóvenes y mujeres, en la lucha contra el retroceso de los derechos humanos en 2015. “Creo que, en el momento en que Brasil vive un enorme descrédito respecto a la política en general, es alentador y positivo ver que la juventud no desiste de la lucha por valores, del protagonismo de la vida pública, de un esfuerzo para influir en los gobernantes y en el parlamento”, dijo Atila Roque.
Traducción: Leonardo Vieira
Fonte: La Amnistía Internacional señala retroceso de los derechos humanos en Brasil