Más protestas contra cambios en la ley del aborto de Brasil
La Avenida Paulista fue el escenario de una nueva protesta contra el proyecto de ley 1904 que equipara el aborto de embarazos de más de 22 semanas con el asesinato. La del pasado sábado (15) fue la segunda manifestación realizada en São Paulo contra el proyecto de ley que se tramita con carácter de urgencia en la Cámara de Diputados. La urgencia suprime los intersticios –el intervalo de tiempo necesario entre las sucesivas etapas del procedimiento legislativo–, los plazos y las formalidades procesales.
Según la actual ley brasileña, la interrupción del embarazo está permitida y garantizada en los casos en que el embarazo sea resultado de violación de la mujer, suponga un riesgo para la vida de la madre y también en situaciones de bebés anencefálicos, sin que se establezca un periodo máximo de gestación para abortar. Sin embargo, el proyecto de ley que se votó con carácter de urgencia el pasado miércoles (12), además de fijar en 22 semanas el periodo máximo para abortar legalmente, aumenta de 10 a 20 años la pena máxima para quienes lleven a cabo el procedimiento.
"Hasta que este proyecto de ley no sea archivado, las feministas no dejaremos las calles", afirmó Ana Luiza Trancoso, que forma parte del Colectivo Juntas y del Frente Estatal por la Legalización del Aborto.
Para las manifestantes, si se convierte en ley, el proyecto afectará principalmente a las menores víctimas de violación, cuyos casos de abusos y embarazos tardan en ser identificados, lo que se traduce en un retraso en la búsqueda de servicios de aborto legal. Según el Foro de Seguridad Pública, 74.930 personas fueron violadas en Brasil en 2022. De este total, el 61,4% eran niños de hasta 13 años.
"Las principales víctimas son niñas de entre 10 y 14 años. Esta violencia ocurre en casa. Las niñas no saben lo que es estar embarazada. Por eso se descubre tarde el embarazo. Además, sabemos que los servicios de aborto legal siempre ponen barreras. No son sólo uno o dos los casos de chicas que han tenido que trasladarse a otra ciudad o estado para abortar. Y cuando llegan, las presionan para que no aborten y luego pasan semanas", explica Ana Luiza.
Trato cruel
En un comunicado, la sección de São Paulo del Colegio de Abogados de Brasil expresó su "profunda preocupación" por el proyecto de ley. "Este cambio impone una barrera significativa para las niñas y mujeres que han sido violadas, a menudo obligándolas a llevar el embarazo a término, lo que puede considerarse un trato cruel y degradante", dice la nota.
Para la entidad, la severa penalización del aborto "no reduce los casos, sino que empuja a niñas y mujeres, especialmente a las más pobres, hacia procedimientos clandestinos inseguros y potencialmente mortales, profundizando la discriminación social".
La opinión de Lula
Durante la Cumbre del G7 en Italia, que reúne a los países más ricos del mundo, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva se pronunció en contra del proyecto de ley.
"Yo, Luiz Inácio, estoy en contra del aborto. Pero como el aborto es una realidad, tenemos que tratarlo como una cuestión de salud pública. Creo que es una locura que alguien quiera castigar a una mujer con una pena mayor que la del criminal que cometió la violación", dijo en una rueda de prensa en la región italiana de Apulia.