Nueva ley agrícola de EE.UU. puede perjudicar al mercado de algodón brasileño
Aprobada por el Senado estadounidense la semana pasada, la nueva ley agrícola de los EE.UU. (Farm Bill) puede ser más perjudicial al algodón brasileño que la actual, dicen los expertos.
Según la ley, los pagos federales directos a los agricultores, considerados irregulares por la Organización Mundial del Comercio (OMC), serán reducidos, pero se creará un plan de seguro de cosechas, el Stacked Income Protection Plan (Stax, por su siglas en inglés). En el plan, se prevé la cobertura del 70% al 90% de las pérdidas de los agricultores. Además, el gobierno estadounidense puede subvencionar un 80% del valor del seguro.
Además de la pérdida de competitividad de las exportaciones brasileñas, se teme que las ventajas contribuyan al alza de la oferta y caída de los precios del algodón de forma generalizada. La legislación será válida solo después de haber sido firmada por el presidente Barack Obama.
Según Renata Amaral, consultora en comercio exterior, la evaluación preliminar es que el seguro será “bastante más perjudicial” que las subvenciones anteriormente practicadas y que hicieron que Brasil apelara ante el órgano de solución de diferencias de la OMC. “En una situación extrema, [el seguro] puede garantizar hasta el 90% [de las pérdidas del agricultor]. Aunque él pierda toda su cosecha del año, tendrá la garantía”, subraya.
Amaral también dice que el nuevo texto no elimina completamente los programas de subvenciones de la antigua ley agrícola, condenados por la OMC. Según la consultora, Brasil puede llevar el tema una vez más al órgano internacional. “[El país] gana la prerrogativa de examinar si la nueva ley es compatible o no con las normas de la OMC. Un nuevo proceso, vinculado al anterior”, dijo.
El gerente de Comercio Exterior de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), Diego Bonomo, coincide en que el seguro propuesto en la nueva ley agrícola puede resultar perjudicial para los productores brasileños de algodón. Sin embargo, no es posible conocer el impacto real del programa de seguros, tampoco tomar medidas a respecto, hasta que esté en marcha. “Solo lo sabremos cuando se implemente. El peso [que tendrá el seguro] también depende de la situación del mercado. Para comprobar que está en contra de las reglas, tendríamos que demostrar que disminuye los precios y afecta a las exportaciones brasileñas”, dice.
Respecto a la reducción de los subsidios, Bonomo considera que hubo aspectos positivos y negativos. Él subraya que los Estados Unidos eliminaron los programas de pagos directos para la producción y reformaron los de comercialización de algodón, pero mantuvieron, con alguna reducción del impacto, el programa de subvenciones a la exportación, que es el más problemático para la industria brasileña. “En la nueva ley agrícola, el Congreso delega poder al Secretario de Agricultura de los EE.UU. para negociar más reformas con Brasil sobre este tema. En lugar de ser el final del proceso [de disputa por las subvenciones], como se esperaba, se volvió en una etapa más. Tal como está, sigue siendo incompatible con las normas de la OMC. [El futuro] dependerá de Brasil y de las negociaciones bilaterales”.
Además de decidir qué hará frente a la continuidad de los subsidios a las exportaciones, el gobierno brasileño debe optar por la retaliación o no a los Estados Unidos debido a la suspensión de los pagos al Instituto Brasileño del Algodón (IBA), interrumpidos desde octubre del año pasado. En 2009, la OMC concedió a Brasil el derecho a tomar represalias de US$ 829 millones contra los EE.UU., por los subsidios al algodón. Los estadounidenses propusieron un acuerdo para que la represalia no fuera aplicada y empezaron a efectuar pagos anuales de US$ 147,3 millones al IBA. El año pasado, sin embargo, cesaron las transferencias bajo la alegación de que los recortes automáticos en el presupuesto federal no les permitían efectuar los pagos.
La Cámara de Comercio Exterior (CAMEX), vinculada al Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, creó un grupo de trabajo que tiene hasta marzo para examinar la cuestión de la represalia. La junta también abrió una consulta pública sobre el tema, que termina el 28 de febrero.
Traducción: Leonardo Vieira
Fonte: Nueva ley agrícola de EE.UU. puede perjudicar al mercado de algodón brasileño