Países americanos se comprometen a impulsar la economía verde

La promoción de la economía verde –que concilia el desarrollo, el medioambiente y la reducción de la pobreza– implica la articulación entre el gobierno, la sociedad civil y las empresas. Esta fue la principal conclusión a que llegaron los participantes de la I Conferencia Ministerial Regional de las Américas sobre Economía Verde, que terminó este miércoles (26) en Fortaleza, capital del estado de Ceará (noreste).

En la reunión, los países de América Latina y el Caribe aprobaron un documento conjunto con compromisos para impulsar el desarrollo sostenible en el continente. El texto final no se publicará hasta la próxima semana, pero una versión preliminar incluye 22 sugerencias.

Las recomendaciones se dividen en cuatro ejes: la creación de políticas de transición y entorno legislativo para un modelo de economía verde; la promoción del uso y ampliación de tecnologías innovadoras; la ampliación del papel de la financiación verde para asegurar que se asignen recursos suficientes al desarrollo sostenible; y la capacitación de la sociedad para acciones de desarrollo en todo el país.

Economías verdes y azules

Entre las medidas sugeridas figuran la utilización de los indicadores de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) para evaluar los progresos de las políticas de transición hacia una economía ecológica, la integración de las nuevas tecnologías de la economía verde con la economía azul (que no depreda los mares) y a los 17 objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, y la cuidadosa supervisión de las políticas e incentivos con margen para ajustes.

El documento también recomienda actualizar el sistema tributario para facilitar el acceso a tecnologías innovadoras, el diálogo entre el gobierno, la sociedad, las empresas y los consumidores para crear un ambiente positivo para la innovación y el cambio en la cultura de los inversionistas privados a través de nuevas herramientas de financiación verde, tales como los créditos de carbono (derechos de compra para contaminar a cambio de financiar proyectos socioambientales) y los bonos verdes (títulos de proyectos de desarrollo sostenible).

El texto también aboga por la inclusión de parámetros sociales en el análisis de coste-beneficio de los proyectos y la inversión en la capacitación de agentes de la sociedad –gobiernos, sociedad civil y empresas– para el desarrollo sostenible.

Falso dilema

El diplomático ucraniano Edem Bakhshish, coordinador regional de la Oficina de las Naciones Unidas para la Cooperación Sur-Sur y miembro de la Organización Mundial para la Economía Verde, abogó por la difusión masiva de la agenda de la economía verde como un medio para escapar de lo que él calificó de falso dilema entre desarrollo y medioambiente.

Edem Bakhshish (derecha), coordinador regional de la Oficina de las Naciones Unidas para la Cooperación Sur-Sur, discursa en la I Conferencia Ministerial Regional de las Américas sobre Economía Verde . - Gomes Avilla - Instituto Brasil África

"Para que se produzcan cambios importantes, hay que lograr que las personas comprendan que la economía verde es benéfica y que la adhesión a prácticas sostenibles no les priva de oportunidades, sino que aporta nuevas perspectivas", dijo Bakhshish en una entrevista con Agência Brasil.

Bakhshish explicó que América Latina y el Caribe tienen un gran potencial para el desarrollo sostenible, especialmente a través de la agricultura, el extractivismo y el turismo bien manejados. Dijo, sin embargo, que la difusión de buenas prácticas es bastante heterogénea en la región, con algunos países pequeños muy avanzados y países que acaban de iniciar su transición.

"La ventaja es que los países de la región están dispuestos a aprender de sus pares, sobre todo porque ésta es una región avanzada en la cooperación Sur-Sur", dijo. Agregó que en algunos países de América Latina y el Caribe, el mercado de los financiamientos verdes ha sido capaz de impulsar proyectos exitosos de ámbito nacional.

Economía verde

João Bosco Monte, organizador brasileño del evento y presidente del Instituto Brasil-África, cree que la conferencia dejó importantes lecciones para el país. “Brasil no puede renunciar a una agenda construida a lo largo del tiempo. Aprendimos aquí que los países que siguen dispuestos a dialogar están haciendo progresos. Negociar una agenda para el medioambiente es un trabajo muy duro. La sostenibilidad, el medioambiente y la diversidad están inexorablemente en la agenda de Brasil.”

La I Conferencia Ministerial Regional de las Américas sobre Economía Verde fue organizada por la Organización Mundial de la Economía Verde (WGEO), la Oficina de Cooperación Sur-Sur de las Naciones Unidas y el Instituto Brasil-África. El evento fue apoyado por el gobierno del estado de Ceará en colaboración con la Secretaría de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la International Solar Alliance.