La generación eólica marina podría acelerar la transición energética
En algunas regiones del país, sobre todo en las dunas del Nordeste, las grandes turbinas eólicas forman parte del paisaje. Estos gigantescos ventiladores generan electricidad a partir de la fuerza del viento. Según investigaciones de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), tales estructuras también se volverán más comunes en el paisaje marítimo, con los parques eólicos offshore, con la ventaja de aprovechar vientos más constantes y de mayor velocidad.
Esta nueva frontera de generación de energía limpia podría aumentar en 3,6 veces la capacidad total de producción de electricidad de Brasil e impulsar la transición hacia un mundo con cada vez más combustibles renovables.
El escenario está delineado en el estudio Oportunidades y Desafíos para la Generación Eólica Offshore en Brasil y Producción de Hidrógeno con Bajo Carbono, elaborado por la Confederación Nacional de la Industria (CNI) y lanzado el martes (12) en Brasilia, en el evento Diálogo Pre-COP 28: El Papel de la Industria en la Agenda Climática.
El encuentro contó con la participación de representantes del sector productivo, del gobierno y de la sociedad civil para discutir cuestiones relativas a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP), que se celebrará en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre.
Potencial de generación
Según el estudio, en 2021 el mundo tenía una capacidad instalada para generar 55,9 gigavatios (GW) a través de parques eólicos marinos, básicamente en China y Europa. Se estima que la eólica marina mundial alcanzará los 260 GW en 2030 y los 316 GW diez años después. Se prevén inversiones de hasta US$ 1 billón.
El estudio de la CNI señala que Brasil tiene un gran potencial, con capacidad para alcanzar los 700 GW, es decir, 3,6 veces el total ya instalado y conectado al Sistema Interconectado Nacional (194 GW). Sin embargo, el estudio no indica cuándo alcanzará Brasil este nivel.
Hasta el pasado 30 de agosto, el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama) había recibido 78 solicitudes de permiso para parques eólicos marinos, que totalizan un potencial de generación de 189 GW.
Transición energética
La inclusión de esta energía limpia en la matriz energética brasileña se considera un punto clave para que Brasil cumpla el Acuerdo de París, un tratado sobre cambio climático firmado por 195 países y adoptado en 2015. Según el acuerdo, el país se comprometió a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 37% para 2025 y en un 50% para 2030, tomando como base las emisiones de 2005. Además, el año pasado el país se comprometió a lograr emisiones netas neutras para 2050, es decir, no contribuir al efecto invernadero, tanto reduciendo emisiones como capturando carbono de la atmósfera.
"La eólica offshore viene a sumarse a esta expansión de las renovables y con el objetivo de mantener la matriz eléctrica brasileña cada vez más limpia y sostenible", afirma Davi Bomtempo, Gerente Ejecutivo de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la CNI.
La encuesta identificó que las regiones del litoral brasileño con mayor potencial de generación están en la costa nordeste, entre Piauí, Ceará y Rio Grande do Norte; entre los estados de Rio de Janeiro y Espírito Santo, en el Sudeste; y en Lagoa dos Patos, en la costa de Rio Grande do Sul.
Competidor mundial
El hecho de que Brasil sea visto por la CNI como un fuerte competidor en el mercado mundial de la energía eólica marina llevó a la confederación a tratar el tema como una prioridad en el plan de recuperación de la industria presentado al gobierno federal este año.
"La consolidación de esta cadena de valor en Brasil podría impulsar la economía y facilitar la reanudación de la industrialización. Además de ofrecer una fuente de energía limpia y renovable, el sector debe crear puestos de trabajo, estimular el desarrollo tecnológico y científico, reducir la dependencia de fuentes no renovables y contribuir a la seguridad energética del país", afirma el presidente de la CNI, Robson Braga de Andrade.
Licencias
A la hora de conceder licencias medioambientales se tienen en cuenta cuestiones como los procesos migratorios de aves y especies marinas. El CNI añade la preocupación por los múltiples usos del espacio oceánico, como la pesca, la navegación, el turismo y la extracción de petróleo y gas. El documento explica que la complejidad logística y los costes asociados con la instalación y el mantenimiento de los parques eólicos marinos requieren importantes contribuciones y un entorno reglamentario favorable.
Davi Bomtempo aboga por la creación de un marco regulador para la eólica marina. "Es importante orientar todo el desarrollo de esta actividad". Según el CNI, el actual decreto que regula la cesión de uso de espacios físicos y el aprovechamiento de recursos naturales en aguas federales para el desarrollo de electricidad a partir de proyectos offshore no es suficiente para dar seguridad jurídica a los inversores.
Experiencia en offshore
La CNI constata que la tendencia es que los proyectos de generación eólica offshore se implanten en localizaciones cada vez más distantes de la costa, lo que representa desafíos y oportunidades para las empresas que actúan en el mercado de petróleo y gas en Brasil, "debido a su experiencia en operaciones realizadas en aguas profundas".
Petrobras ha manifestado su interés en este desafío. En marzo, la estatal firmó una asociación con la multinacional noruega Equinor para evaluar siete proyectos eólicos marinos en Brasil, con potencial para generar hasta 14,5 GW.