El Banco do Brasil negocia créditos de carbono en el mercado exterior
Por primera vez en la historia, el Banco do Brasil (BB) ha negociado créditos de carbono en el mercado internacional, comprando 5 mil del Proyecto Envira Amazônia, operado en el mercado secundario por el banco francés BNP Paribas, y vendiéndolos al Standard Chartered Bank en el extranjero. La transacción piloto tuvo lugar el viernes (13) y sirvió de prueba para validar el nuevo modelo de negocio del banco.
Certificado por Verra, el principal evaluador del mercado voluntario de carbono a través de la reducción de la deforestación y la degradación, el Proyecto Envira protege más de 200 mil hectáreas de la selva amazónica. Cuenta también con el sello Clima, Comunidad y Biodiversidad (CCB), que certifica que parte de los créditos generados se destinen a la comunidad local.
El Banco do Brasil aspira a convertirse en una referencia en el comercio del mercado de carbono, desde el desarrollo de proyectos generadores de créditos hasta la compraventa de estos activos. La institución también quiere ofrecer asesoramiento en la realización de inventarios de emisiones de gases de efecto invernadero. Según el banco, los proyectos que apoya están ayudando a preservar más de 500 mil hectáreas de bosque autóctono.
A principios de este mes, el BB creó dentro de su estructura una unidad estratégica dedicada exclusivamente a las buenas prácticas ambientales, sociales y de gobernanza para reforzar su labor en este ámbito. Alineada con los 12 compromisos para un futuro más sostenible, especialmente la reforestación y la conservación de los bosques, la institución tiene el objetivo de conservar o reforestar 1 millón de hectáreas para 2025.
Expansión
En 2022, el mercado global de créditos voluntarios de carbono alcanzó los US$ 2.000 millones y se espera que crezca exponencialmente en los próximos años. En el caso de Brasil, la consultoría Way Carbon, especializada en el segmento, estima que el volumen de comercialización alcanzará los US$ 20 mil millones hasta 2030.
A través del mercado de créditos de carbono, las empresas compensan sus emisiones de gases de efecto invernadero. Cada empresa tiene un determinado límite de emisiones, y las que emiten menos obtienen créditos que pueden venderse a las que superan el límite. Un crédito de carbono equivale a una tonelada de dióxido de carbono (CO2) u otros gases de efecto invernadero que deja de emitirse a la atmósfera.
Las empresas también pueden comprar créditos de carbono financiando proyectos medioambientales o de desarrollo sostenible. Los mercados de carbono han cobrado más importancia desde que los países de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) firmaron el Protocolo de Kioto en 1997.
