Escuelas rurales: más dificultades para ofrecer el aprendizaje remoto
A las escuelas rurales les resultó más difícil ofrecer clases mediadas por tecnología durante la pandemia. Si en las ciudades la falta de dispositivos y conexión a internet es un problema, en el campo el desafío es mayor. Esta situación fue aún más evidente en la pandemia.
Proporciona la información la encuesta TIC Educação 2021, realizada por el Comité Directivo de Internet en Brasil (CGI.br) y divulgada esta semana. Por primera vez se recolectó información de docentes que imparten clases en escuelas ubicadas en zonas rurales.
La falta de dispositivos y acceso a internet en los hogares de los estudiantes fue identificada como un desafío para mantener las clases durante la pandemia por el 92% de los docentes de las escuelas rurales. Entre los docentes de escuelas urbanas, el porcentaje fue del 84%. Otro desafío en el campo es la falta de capacidad para realizar actividades educativas con los estudiantes a través del uso de tecnologías, señalada por el 76% de los docentes. En las ciudades, este problema fue destacado por el 66% de los profesores.
“Las escuelas rurales todavía tienen un problema más con respecto a la conectividad. En algunas regiones donde se encuentran las escuelas, no hay acceso a Internet de buena calidad o incluso no hay acceso a Internet. La oferta de banda ancha y planes de conexión en estas regiones es más limitada. Entonces, de hecho, en las escuelas rurales tenemos una situación más crítica en relación al uso de tecnologías”, dice la coordinadora de la encuesta, Daniela Costa.
Según el Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Educativas Anísio Teixeira (Inep), en 2021, Brasil tenía 178 mil escuelas, que atendían a 46,6 millones de alumnos. Entre ellos, 53,5 mil estaban en zonas rurales, siendo la mayoría (47,6 mil) escuelas públicas municipales que atienden a 5,4 millones de niños y adolescentes.
A nivel nacional, la encuesta entrevistó telefónicamente a 1.865 docentes que representan a docentes de escuelas públicas y privadas, urbanas y rurales del país. Las entrevistas se realizaron entre septiembre de 2021 y mayo de 2022.
Educación remota de emergencia
Durante la pandemia, las escuelas de todo el país tuvieron que cerrar las aulas y, como explica Daniela, los docentes tuvieron que hacer lo que ella llama educación remota de emergencia, a diferencia de la educación a distancia planificada, con la capacitación y disponibilidad de recursos adecuadas.
En las escuelas urbanas, uno de cada tres profesores usaba las redes sociales para comunicarse con los estudiantes. En escuelas rurales, 43%. En el campo, el 91% de los docentes incluso utilizó el teléfono. En las ciudades, el 81%.
También de acuerdo con la encuesta, la mayoría de los docentes (93%) utilizan teléfonos celulares para desarrollar actividades educativas; 84%, portátil; 44%, computadora de escritorio; y 11%, tabletas. Uno de cada cuatro docentes no tenía un dispositivo de uso exclusivo y necesitaba compartirlo con otras personas en el mismo hogar. Considerando solo a los docentes que imparten docencia en zonas rurales, el 12% manifestó utilizar exclusivamente su teléfono celular.
“Los profesores vinieron con lo que pudieron. Lo que tenían a la mano lo usaban para llegar a los estudiantes”, dice Daniela.
Brecha educativa
La coordinadora explica que la recolección de datos de la investigación se dio en un momento de transición, donde estaban en marcha varias estrategias de enseñanza y aprendizaje. La mayoría de los docentes entrevistados (91%), tanto de escuelas urbanas como rurales, estaban en escuelas híbridas, es decir, con actividades presenciales y a distancia.
Casi todos, el 93% de los docentes, dijeron que uno de los desafíos que enfrentan a partir de la pandemia es el retraso en el aprendizaje de los estudiantes. Una de las estrategias más utilizadas para reducir la brecha es la combinación de clases de recuperación presenciales y remotas con el uso de tecnologías digitales, así lo señala el 58% de los docentes.
Daniela asegura que las plataformas educativas son más adecuadas, por ejemplo, que las redes sociales. Cuando se trata de educación planificada, según ella, lo mejor es contar con recursos educativos adaptados específicamente para la educación, que tengan un sesgo más pedagógico, enfocados en cómo aprende el alumno, cuáles son sus necesidades y que tengan en cuenta los derechos digitales del alumno, como la protección de datos.
La encuesta también muestra que el 55% de los docentes de escuelas rurales que ofrecen clases a distancia o de forma híbrida utilizan un entorno o plataforma de aprendizaje virtual y el 44% utiliza una aplicación de la escuela, el gobierno, de la alcaldía o de la secretaría de educación. Entre las escuelas ubicadas en áreas urbanas, estos porcentajes son 71% y 54%, respectivamente.
Daniela enfatiza que ahora es necesario tener una planificación de inversiones y capacitación, para que la tecnología realmente pueda contribuir a que Brasil alcance metas y objetivos educativos.