Con nuevo aeropuerto, turismo en Jericoacoara puede crecer un 7% en un año

El acceso a la paradisíaca playa Jericoacoara, en la costa del sol poniente del estado de Ceará, estará más fácil a partir de este mes con la inauguración del Aeropuerto Regional Comandante Ariston Pessoa. Ya hubo un vuelo inaugural, desde Congonhas, São Paulo, con 177 pasajeros a bordo. El aeropuerto está en el municipio de Cruz, uno de los accesos a Jericoacoara y a otras playas de la región, y distante 248 kilómetros de la capital Fortaleza por carretera.

Las obras costaron unos US$ 28 millones: cerca de US$ 24 millones pagados por el estado y US$ 4 millones por gobierno federal, a través de la Secretaría de la Aviación Civil. Según la Secretaría de Turismo de Ceará, Jericoacoara recibe a unos 600 mil visitantes cada año. Con la inauguración del aeropuerto, se estima un incremento del 7% en este total en los primeros 12 meses de funcionamiento, y del 20% en los próximos tres años.

Según la Secretaría de la Aviación Civil, la regularización de la terminal para recibir vuelos comerciales debe estar lista hasta principios de julio. Inicialmente, el aeropuerto contará con un vuelo semanal alquilado por la operadora de turismo CVC y operado por la compañía Gol saliendo desde Congonhas. En julio, la aerolínea Azul inicia dos vuelos hacia el local: uno semanal, saliendo desde Campinas (São Paulo), y otro desde Recife (PE), con cuatro salidas por semana. A finales de año, deben iniciarse los vuelos provenientes de Fortaleza.

Desde Fortaleza hacia la playa de Jericoacoara, por tierra, son 300 kilómetros. Para llegar a la villa, que se encuentra en la zona del Parque Nacional de Jericoacoara, todavía hay que cruzar dunas y caminos de arena en un vehículo 4x4.

El crecimiento en el número de turistas llama la atención sobre la necesidad de preservar el área de protección ambiental y de promover el turismo sostenible. La profesora Evanir Morais, del curso de gestión en turismo del Instituto Federal de Educación, Ciencia y Tecnología (IFCE) en Canindé, conmemora la nueva terminal de pasajeros como forma de facilitar la ida de visitantes que aún no conocen la playa de Jericoacoara.

“Es una manera de ofrecer un producto turístico consolidado, no solo regional y nacionalmente, sino también internacionalmente, tanto por la belleza como por la confluencia de vientos que contribuye a la práctica de deportes.” El kitesurf es uno de los deportes más practicados en la región.

Por otro lado, Evanir advierte sobre la gestión sostenible del lugar. Para ella, el Poder Público necesita crear políticas y mecanismos de control de residuos sólidos y de acceso al agua potable, por ejemplo, sobre todo ante la actual sequía histórica, que ya dura seis años. La profesora sugiere que esas acciones se produzcan a través de alianzas público-privadas, ya que la iniciativa privada se beneficiará directamente con el crecimiento del turismo.

Rescate de la identidad

Evanir también espera que el turismo practicado en Jericoacoara pueda centrarse en el rescate de las tradiciones y de la identidad del lugar, que vienen perdiendo espacio a lo largo de los años. Según ella, la playa ya tiene una configuración de no lugar, o sea, aspectos que se pueden encontrar en otros destinos nacionales.

“Hace algunos años, llegué a acampar en Jericoacoara y veíamos a muchos residentes de allí. Me pregunto a dónde fue esa comunidad, pues, cuando volví, lo que vi fue una población flotante, con muchos extranjeros que eligieron la playa para vivir. Creo que cabe una acción de rescate de la cultura local y de mostrar lo que es diferente en el lugar, que tiene restingas y sertão también.”

La Secretaria de Turismo afirma que las cuestiones de acceso a la villa, estacionamiento, recolección de basura, agua y saneamiento son objetos de una investigación que está en marcha junto al Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad (ICMBio). Una de las propuestas en debate es la de limitar el número de turistas que entran y permanecen en la villa, a ejemplo de lo que ocurre en Fernando de Noronha (Pernambuco).

Traducción: Leonardo Vieira