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Brumadinho, una ciudad entera de luto

De los 36 mil habitantes, todos tienen a alguien entre las víctimas
Ana Graziela Aguiar - Enviada Especial de TV Brasil
Publicado en 04/02/2019 - 09:00
Brasilia
Brumadinho, Tragédia, Tristeza
© Reuters/Adriano Machado/Direitos Reservados
Córrego do Feijão, Desabamento ,Barragem de Brumadinho,Cemitério de Brumadinho
© Rafel Calado/TV Brasil

Brumadinho se convirtió en referencia en la región metropolitana de Belo Horizonte, capital del estado brasileño de Minas Gerais, debido a la compañía minera Vale y a la proximidad con el museo de arte de Inhotim, el más grande del mundo a cielo abierto. Pero desde el desastre hace diez días, cuando la presa de la Mina Córrego do Feijão se rompió, la ciudad vive en clima de luto y tristeza. La gente camina sin sonreír ni hablar en voz alta, hay entierros todos los días, parte del comercio cerró las puertas y hasta bares y restaurantes se impusieron luto.

Con poco más de 36 mil habitantes, Brumadinho es la típica ciudad del interior de Minas Gerais: una plaza donde todos se reúnen, bares con música en vivo y la iglesia, punto de encuentro de la mayoría. Con la tragedia que mató a 134 personas y dejó 199 desaparecidas, según el último informe, todos tienen un pariente o amigo entre las víctimas.

La esperanza que dominó a las personas en los primeros días de rescate cedió lugar a la angustia y al desánimo. Es común encontrar gente que afirma que solo quiere dar un sepulcro digno a una víctima aún desaparecida. En la desesperación, hay quienes se aventuran por el lodo y en la mata buscando a un pariente o amigo desaparecido, lo que no recomiendan la Defensa Civil y los bomberos.

Brumadinho, Tragédia, Tristeza
La esperanza que dominó a las personas en los primeros días de rescate cedió lugar a la angustia y al desánimo - Reuters/Adriano Machado/Derechos Reservados

Héroes invisibles

En las calles, el único asunto desde el día 25 es el desastre. En medio de la tristeza que predomina en la ciudad, surgen héroes invisibles en todas partes. Mujeres de varias edades se unieron y montaron una lavandería colectiva. En ella, lavan las ropas sucias de lodo de los bomberos que están acampados en el municipio para ayudar en las operaciones de rescate.

En otro lugar, voluntarios se turnan para cuidar y jugar con niños cuyos padres están involucrados en las búsquedas o entre los desaparecidos. También hay grupos de apoyo a los militares y civiles que actúan directamente en las acciones.

Preocupaciones

La preocupación de la mayoría de los habitantes se concentra en el barrio rural de Córrego do Feijão, cerca de la presa, donde la comunidad es dependiente de la Vale y fue duramente golpeada por la tragedia. Con lodo por todos lados, la imagen es desoladora.

En las posadas de la región, llegan curiosos todos los días. Gente que quiere ver de cerca el área del desastre y acompañar los trabajos de búsqueda. El movimiento no tiene nada que ver con la economía local, que dependía básicamente de la empresa Vale y de sus impactos.