Estrategias ayudan a reducir conflictos entre hacendados y jaguares
Cercas electrificadas en áreas de maternidad y repelentes luminosos son algunas de las estrategias que pueden reducir el conflicto entre hacendados y jaguares. La propuesta es parte de las acciones del Instituto Homem Pantaneiro, que sugiere e implementa estrategias de gestión para reducir los problemas causados por la depredación del ganado por parte de grandes felinos.
"Además de traer tecnología a la ganadería, rescatamos estrategias que fueron históricamente utilizadas por la gente del Pantanal. Son más de 250 años de ganadería aquí en el Pantanal y esta producción siempre ha coexistido con los jaguares", dice el veterinario Diego Viana, coordinador del programa Felinos Pantaneiros, en una entrevista con Agência Brasil.
Los jaguares están clasificados por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como especie "casi amenazada", lo que no significa que estén fuera de peligro. Según técnicos del Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad (ICMBio), que clasifica a los jaguares como "vulnerables", las poblaciones de la especie se vienen reduciendo enormemente, debido a la destrucción de sus hábitats naturales y a la caza furtiva, sobre todo por parte de hacendados que alegan daños económicos a la cría de animales.
Perfil del propietario
Según Viana, un elemento causador de muchos conflictos entre felinos y ganaderos en la actualidad es el nuevo perfil de los terratenientes en la región. "Antes eran hacendados del Pantanal que siempre habían convivido con el jaguar, pero cada vez más es un hacendado que viene de São Paulo, Minas Gerais o del Sur", explica.
A estos nuevos productores es que Viana presenta prácticas tradicionales, como mantener a los terneros más cerca de las casas, donde hay mayor movimiento humano. "No podemos admitir que estrategias como la caza, que siempre se han utilizado, continúen, porque hay alternativas. Y, antes que nada, la caza es un delito", afirma.
Estrategias de éxito
Diego Viana explica que el repelente luminoso es una pequeña estructura, del tamaño aproximado de un CD, compuesta por lámparas LED y una placa solar. Ellas parpadean con diferentes colores y distintas frecuencias. La estrategia ya se ha probado en otros países.
"El jaguar lo ve como un elemento extraño en su hábitat y tiende a evitarlo. Se puede asociar el repelente luminoso a cercas eléctricas y utilizarlo en acciones de emergencia, como ya hemos hecho tanto en áreas confinadas como en comunidades ribereñas donde los jaguares estaban atacando a perros. Si es necesario hacer algo rápido, se puede utilizar el repelente luminoso", explica.
Según Viana, la medida debe ser temporal, o el animal puede acostumbrarse al estímulo. "Lo probamos durante dos meses y medio en una zona de confinamiento donde los ataques eran frecuentes. Hubo 17 animales sacrificados dos semanas antes de la instalación. Después, fueron dos meses y medio sin ataques de jaguares", relata.
Para el coordinador, aunque se viene observando el interés de un número creciente de propietarios por este tipo de estrategias, se trata de una cuestión de cambio cultural, un proceso que lleva tiempo. Según él, sin embargo, los ganaderos no pueden seguir aceptando la caza como estrategia cuando hay otros recursos disponibles.
"Invertir en la protección del rebaño contra los jaguares es también una estrategia de gestión de las haciendas y así debe verse", añade.
Prohibición de la caza
La caza del jaguar, así como la de otros animales salvajes, está prohibida en Brasil. La única excepción es la caza del jabalí, que sigue una normativa específica. Quienes cometen este delito pueden ser condenados a la cárcel por un periodo de seis meses a un año. Sin embargo, es habitual que la pena se convierta en multa.
El Centro Nacional de Investigación y Conservación de Mamíferos Carnívoros (Cenap), vinculado al ICMBio, viene desarrollando actividades para la preservación de los jaguares, incluso respecto a los conflictos entre depredadores y terratenientes.
Otro conjunto de estrategias importantes para la conservación de la especie es el Plan de Acción Nacional Jaguar, también de competencia del ICMBio. Entre las medidas están la reproducción en cautiverio para aumentar la población, programas de educación ambiental y la creación de corredores ecológicos.
En el Parque Nacional de Iguaçu, en Río Grande del Sur, donde se lleva a cabo el Proyecto Onças do Iguaçu, la población estimada de jaguares aumentó de 11 a 28 animales entre 2009 y 2018. Considerando el Corredor Verde, entre Brasil y Argentina, la población actual estimada es de 105 individuos.