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Día de la Amazonía: entidades advierten sobre conservación del bioma

La región sufre deforestación, minería ilegal y usurpación de tierras
Luciano Nascimento – Reportero de Agência Brasil
Publicado en 05/09/2023 - 09:50
Brasilia
El parque ambiental de Jamanxim es un santuario ecológico de 1.300 hectáreas donde viven especies autóctonas de la Amazonia
© Leonardo Milano/ICMBio

La mayor selva tropical del mundo, la Amazonía, sufre con diversas actividades humanas, como la deforestación, la minería ilegal y la usurpación de tierras. Este martes (5), Día de la Amazonía, las organizaciones recuerdan la urgente necesidad de preservar este bioma.

Con una superficie aproximada de 421 millones de hectáreas, la Amazonía representa un tercio de los bosques tropicales del planeta. Es responsable de varios procesos climáticos, como la evaporación y la transpiración del bosque, que contribuyen a mantener el equilibrio climático y las reservas de agua dulce. También alberga más de la mitad de la biodiversidad mundial.

Los datos del Sistema de Evaluación del Riesgo de Extinción de la Biodiversidad (Salve), gestionado por el Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad (ICMBio), muestran que 224 especies de fauna de la Amazonia se encuentran bajo algún tipo de amenaza y al menos una ya se ha considerado extinta. Hay 139 especies clasificadas como "vulnerables", 48 "en peligro" y 38 "en peligro crítico".

Entre los animales en peligro están el manatí amazónico, el oso hormiguero gigante, el jaguar, el guacamayo y el tapir, clasificados como "vulnerables". Las especies de peces, como los Acari, están "en peligro crítico".

Para Toya Manchineri, coordinador general de las Organizaciones Indígenas de la Amazonía (Coiab), el Día de la Amazonia es un día de lucha y reflexión. Como líder de más de 70 organizaciones indígenas, Toya dijo que este año todavía no hay mucho que celebrar debido al avance de la deforestación, la minería ilegal y las amenazas a los pueblos indígenas y tradicionales que tuvieron lugar bajo el gobierno de Jair Bolsonaro.

Selva amazónica

"Es un día especial de lucha y no hay nada que celebrar, especialmente si tomamos los datos producidos por la agencia de investigación, que son del último gobierno. Hay una destrucción masiva de la selva, del bioma y una creciente ola de asesinatos y persecución de indígenas, quilombolas y extractivistas", dijo el líder indígena. "El día 5 es para que reflexionemos sobre cómo podemos detener estos asesinatos y la persecución de los pueblos que viven en la selva. Así que es un momento de reflexión, no de celebración", enfatizó.

Adriana Ramos, asesora en políticas y derecho socioambiental del Instituto Socioambiental (ISA), tiene opinión similar. Ella señala que, a pesar de los datos recientes que muestran una disminución significativa de la deforestación en los primeros siete meses del año, todavía queda mucho por hacer. Las cifras del gobierno federal muestran una reducción del 42% de la deforestación en el bioma amazónico durante este periodo. En julio, el descenso fue del 66%, y para agosto la expectativa es que se mantenga en un nivel similar.

"Digamos que no tenemos tanto que celebrar porque hay una serie de retos que tenemos que afrontar y que todavía están muy lejos. La Amazonía es una gran parte de Brasil, y el país necesita darle la importancia que merece", declaró.

Otras advertencias

Adriana también mencionó el aumento del crimen organizado en la región y la necesidad de políticas dirigidas a las poblaciones locales.

"Tenemos que reconocer que la violencia y el crimen organizado han crecido mucho en la región. Todavía hay gente viviendo en las ciudades de la Amazonía que necesita atención y oportunidades de desarrollo. Al mismo tiempo, hay muchas amenazas a los territorios tradicionales, a las tierras indígenas y a las unidades de conservación que deben ser enfrentadas para que estas áreas, que simbolizan la parte más rica de la Amazonía en términos de biodiversidad y de enfrentamiento a la crisis climática, sean mejor valorizadas", afirmó.

Otra advertencia es sobre el avance de los grandes proyectos de infraestructuras en la región, como la pavimentación de la autopista BR-319, construida por los gobiernos militares en los años 70, y la Autopista del Pacífico. Para Adriana, estos proyectos tienen un inmenso impacto en el proceso de deforestación de la región, ya que podrían aumentar la circulación de usurpadores y madereros ilegales, además de no traer beneficios concretos a los residentes.

Una de las principales preocupaciones es que si proyectos como éstos continúan, combinados con la deforestación, la minería ilegal y la usurpación de tierras para pastos, la Amazonía podría alcanzar el punto de no retorno. Este término es utilizado por los expertos para referirse al momento en que la selva pierde su capacidad de autoregenerarse como consecuencia de la deforestación, la degradación y el calentamiento global, tendiendo así al proceso de desertificación.

"Son proyectos que tendrán un impacto inmenso y que no forman parte de una estrategia de desarrollo para la región. Necesitamos pensar en proyectos económicos que valoricen el área, los servicios ambientales generados a partir del uso sostenible del bosque y que fortalezcan lo mejor que la Amazonía tiene para ofrecer en este momento, que son las condiciones para enfrentar la emergencia climática. Solo podremos mantener esto si evitamos el llamado punto de no retorno, es decir, si paralizamos la deforestación y la pérdida de biodiversidad.

Toya Manchineri subraya que estos proyectos no se están diseñando con la participación de quienes viven en la región.

"Los proyectos económicos conllevan muchas complicaciones para los pueblos indígenas. En primer lugar, no están pensados conjuntamente con los pueblos que viven en la Amazonía. Vienen con una visión muy externa del desarrollo, que a menudo no refleja la realidad local. Luego está el tema de la minería, que es muy mala, destruye la selva, destruye la organización social y lleva enfermedades a los territorios indígenas. Así que son proyectos de minería y monocultivos que están destruyendo el bosque", afirmó Toya Manchineri.