Lula, Sánchez y Ramaphosa: 2025 será decisivo para el multilateralismo

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva y sus homólogos de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, y de España, Pedro Sánchez, sostienen que las reuniones internacionales previstas para 2025 no pueden ser “más de lo mismo”, sino que deben generar “avances reales” para enfrentar los desafíos del planeta. Juntos, los líderes firman un artículo publicado en diversos medios de comunicación el jueves (6), como O Globo, Al Jazeera y Le Grand Continent.
Según ellos, 2025 será un año decisivo para el multilateralismo. Mencionaron los encuentros que tendrán lugar en cada uno de los tres países: la 4ª Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo (FfD4), en Sevilla, España; la 30ª Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en Belém, Brasil; y la Cumbre del G20 (grupo de las 20 economías más grandes del mundo), en Johannesburgo, Sudáfrica.
“Los desafíos que tenemos por delante —el aumento de las desigualdades, el cambio climático y el déficit de financiación para el desarrollo sostenible— son urgentes y están interconectados. Es necesario tomar acciones coordinadas y valientes para abordarlos, y no retroceder hacia el aislamiento, las acciones unilaterales o las rupturas”, escriben.
El multilateralismo se refiere a la cooperación conjunta de un grupo de países en torno a intereses comunes. Desde que asumió su tercer mandato, el presidente Lula viene criticando el debilitamiento de los organismos multilaterales y defendiendo la reforma del sistema de gobernanza global. En 2024, el tema fue una de las prioridades de Brasil en la presidencia del G20, que este año está a cargo de Sudáfrica.
“La confianza en el multilateralismo está bajo tensión; y, sin embargo, nunca ha habido tanta necesidad de diálogo y cooperación global”, afirman.
Para los presidentes, el G20, la COP30 y la FfD4 deben servir como hitos de un compromiso renovado con la inclusión, el desarrollo sostenible y la prosperidad compartida. "Esto requerirá una fuerte voluntad política, la plena participación de todos los actores relevantes, una mentalidad creativa y la capacidad de comprender los condicionantes y las prioridades de todas las economías”, agregan.
Lula, Sánchez y Ramaphosa alertan sobre el alto endeudamiento de los países en desarrollo y el aumento de las desigualdades de ingresos, tanto dentro de los países como entre naciones. “Muchos países en desarrollo sufren el peso insostenible de la deuda, espacios fiscales limitados y barreras que dificultan el acceso justo al capital. Servicios básicos como la salud y la educación tienen que competir con tasas de interés en aumento. No se trata solo de una falla moral, sino también de un riesgo económico para todos”, defienden.
Para ellos, la arquitectura financiera global necesita ser reformada para “dar más voz y representatividad a los países del Sur Global, así como un acceso más justo y predecible a los recursos”.
“Es necesario avanzar en las iniciativas de alivio de la deuda, promover mecanismos de financiación innovadores e identificar y abordar las causas del alto costo del capital para la mayoría de los países en desarrollo”, afirman los presidentes.
La expectativa para la COP30 en Belém es que los países presenten compromisos más ambiciosos para limitar el aumento de la temperatura del planeta y se establezca la financiación para la acción climática en los países en desarrollo en al menos 1,3 billones de dólares por año hasta 2025.
“Necesitamos aumentar significativamente la financiación para la adaptación climática, aprovechar las inversiones del sector privado y garantizar que los bancos multilaterales de desarrollo asuman un papel más relevante en la financiación climática. La conferencia de Sevilla complementará estos esfuerzos, asegurando que la financiación climática no perjudique el desarrollo”, argumentan.
En la carta, los tres países se comprometen a trabajar en Sevilla para movilizar capital público y privado para el desarrollo sostenible, reconociendo la relación inseparable entre estabilidad financiera y acción climática. "En Johannesburgo, el G20 reafirmará la importancia de un crecimiento económico inclusivo. Y en Belém, estaremos juntos para proteger nuestro planeta”, concluyen los presidentes.




