Gobierno está seguro sobre la defensa de Rousseff, dice ministro Edinho Silva

En medio de la tensión causada por la decisión de Eduardo Cunha, presidente de la Cámara de Diputados, de aceptar la apertura de juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, el ministro de la Secretaría de Comunicación Social, Edinho Silva, auxiliar directo de la mandataria, dijo el jueves (3) que el poder Ejecutivo está seguro para hacer la defensa jurídica si el proceso avanza. Silva criticó el intento de la oposición de resolver problemas políticos con ruptura institucional y dijo que el gobierno está preparado para defenderse de ataques y amenazas.

“Ellos no están enfrentando el gobierno de la presidenta Dilma, sino la democracia brasileña, la imagen internacional de Brasil como un país democrático”, dijo el ministro en una entrevista exclusiva con Agência Brasil, realizada en el palacio presidencial.

Silva afirmó que Rousseff mantendrá el ritmo de trabajo durante el curso del proceso en la Cámara y minimizó el riesgo de parálisis en las acciones del gobierno mientras dure la nueva crisis política.

Según el ministro, no es bueno para el país que haya una “guerra política” en las calles brasileñas, pero el gobierno, aunque no quiere seguir en un enfrentamiento directo con Cunha, se defenderá cada vez que se sienta atacado.

Problemas de contabilidad

Recordando que Brasil es una de las principales democracias del mundo y no puede puede resolver sus problemas políticos “rompiendo instituciones y abriendo precedentes de autoritarismo”, Edinho Silva afirmó que la solicitud de destitución no se justifica porque “los argumentos utilizados ya fueron aclarados por el gobierno”. “Así que son cuestiones de contabilidad, de ejecución presupuestaria, totalmente explicables por la jurisprudencia, dentro de las normas que están en vigor en el país.”

El ministro fue asertivo respecto a las llamadas “pedaleadas fiscales”, retrasos intencionales en la transferencia de fondos a bancos públicos, privados e órganos federales, con el fin de mejorar artificialmente las cuentas del gobierno. Silva considera que las “pedaleadas” no justificarían la solicitud de destitución. “El gobierno está seguro, primero porque hay una jurisprudencia en el Tribunal [de Cuentas] y una instrucción del Banco Central.” Silva recordó que, cuando era alcalde, “en varias ocasiones el Tribunal de Cuentas solicitó que la municipalidad alterara la forma de ejecución presupuestaria”. “Y vemos que los gobernadores enfrentan situaciones similares. Estamos viviendo una crisis económica, en la que muchos gobernadores están con inmensas dificultades de ejecución presupuestaria. [Los demandantes] están sacando del contexto una cuestión que es fácilmente explicable, fácilmente corregible desde el punto de vista contable de ejecución presupuestaria. Están convirtiendo en una falsa cuestión jurídica para justificar una cuestión política.”

Sobre la nueva y deficitaria meta fiscal, aprobada el miércoles (2) por el Congreso Nacional, el ministro recordó que Brasil no es el único país del mundo que trabaja con déficit fiscal y citó, como ejemplo, “Canadá, que tras seis años consecutivos de déficit logró una ejecución presupuestaria equilibrada”.

Según Silva, la orientación de Rousseff es buscar la meta fiscal con mucha austeridad, reducir lo más posible el déficit presupuestario y buscar el superávit de inmediato. “Ella eligió un camino, que es un camino duro, que muestra austeridad, que muestra compromiso con el equilibrio fiscal. Pero ella podría haber elegido otro camino, que era reducir el déficit en el tiempo.”

La defensa de Rousseff

El ministro negó que haya una orientación de la presidenta para que la Abogacía General de la Unión apele ante la Corte Suprema contra la solicitud de juicio político, pero recordó que el poder Judicial existe para evitar ilegalidades y exageraciones. “Para ello existe el poder Judicial. Para que, a la luz de la legislación, se pueda garantizar la estabilidad de las instituciones, la estabilidad constitucional y jurídica.”

“Es evidente que, si hay un proceso de lucha política, los grupos sociales que defienden el gobierno también se movilizarán, pero creo que eso no es bueno para Brasil. Si es necesario, es democrático movilizarse. Sin embargo, podríamos estar discutiendo, en este momento, una agenda de interés nacional.”

Según Silva, el gobierno no está paralizado. “La presidenta Dilma está gobernando, sigue gobernando, continuará viajando por el país, lanzando programas, proyectos, y participando en inauguraciones. No vamos a paralizar Brasil. Incluso porque creo que Brasil tiene que ser mayor que las diferencias políticas coyunturales, que el conflicto político coyuntural.”

El ministro cree que no sería buena una guerra política en las calles brasileñas. “Movilización a favor, movilización contra el gobierno. Eso no es bueno. Pienso que es malo. No puede ser bueno para Brasil vivir una guerra política en las calles del país.” Y advirtió: “Si se deflagra una guerra política para un sector político brasileño, está claro que otros sectores se sentirán legitimados para hacer lo mismo, para movilizarse.”

Silva considera que lo importante ahora es mostrar, en primer lugar, “que no hay ningún hecho que justifique un proceso de destitución”. Según él, cuestiones políticas se resuelven con el debate y en el proceso electoral, que en Brasil se celebra cada dos años. “No podemos resolver diferencias políticas con ruptura institucional. Eso es una incoherencia.”

Agenda del Congreso

La agenda legislativa del gobierno no se ha agotado, dijo Silva. “Vamos a seguir trabajando para avanzar en esa agenda.” Según él, la búsqueda del acuerdo es permanente. “El ambiente se construye, no viene listo. Uno a quien no guste el diálogo tiene grandes dificultades en la política”. Sin embargo, el ministro reconoció que se trata de un momento de choque y que el gobierno, aunque busque la construcción de la paz política, se defenderá.

Acerca de las conversaciones con la oposición, el ministro fue enfático: “Las puertas del gobierno están siempre abiertas al diálogo y a las propuestas, independientemente de la afiliación partidista de los líderes políticos, todos lo saben. Cuando tengamos una señal de construcción de una agenda conjunta, el gobierno estará abierto al diálogo. Pero tiene que ser una doble vía. El gobierno tiene voluntad política, pero la oposición también necesita querer construir una agenda de interés del pueblo brasileño.”

Silva dijo que esa es la voluntad de la presidenta. “Porque su vida es la vida de una mujer que se ha dedicado a la construcción de la democracia. Estamos hablando de una mujer honesta, que no tiene mancha en su carrera política, y que a menudo aún es víctima del machismo, de una cultura machista que existe en el país, que muchas veces no admite mujeres en el ejercicio del poder, en el ejercicio de un gobierno.”

El papel de Michel Temer

Según el ministro, el vicepresidente Michel Temer ha tenido “una postura muy correcta con la presidenta Dilma, como el hombre correcto que es, como el hombre justo que es, un líder político muy respetuoso”. Silva aseguró que Temer y la mandataria vienen hablando todo el tiempo y que el vicepresidente aplazó un viaje el jueves (3) para estar con Rousseff, “en un gesto de solidaridad y compañerismo”. “Él suspendió un vuelo y fue al palacio hablar con la presidenta Dilma, un gesto por el que ella agradeció mucho.”

Edinho Silva recordó que Temer fue, durante un tiempo considerable, el principal operador político del gobierno y que, en ese periodo, la situación obtuvo victorias muy importantes en el Congreso. “Así que es una persona que colabora con el gobierno cada vez que se le llama a eso”. Sobre la falta de una declaración oficial del vicepresidente, Silva restó importancia al hecho y afirmó que la mayoría de los ministros tampoco se manifestó y Temer hablará “en el momento adecuado, cuando tenga la oportunidad”.

Por último, el ministro reiteró que el gobierno reconoce el momento de inestabilidad. “No estamos minimizando. Es un momento de inestabilidad y que se superará con el ejercicio de la democracia y con el funcionamiento de las instituciones brasileñas.”

Traducción: Leonardo Vieira