Brasil defiende la preparación ante futuras pandemias
La ministra de Salud, Nísia Trindade, defendió que Brasil tiene lo que llamó un programa de preparación para futuras pandemias. Dijo que está trabajando en esta propuesta con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y evaluó que el proyecto incluye vigilancia epidemiológica, inversiones en ciencia y tecnología y atención reforzada al Sistema Único de Salud (SUS).
"La salud es un nuevo frente para el desarrollo en el mundo. Brasil no puede estar atrás en este proceso y, ahora que el país asumirá la presidencia del G20, debemos prestar atención a este proceso. La ciencia y la tecnología son fundamentales para la salud, pero tienen que estar al servicio del SUS, no pueden ser vistas como factores aislados", dijo el miércoles, en una audiencia pública en la Cámara de Diputados.
Nísia recordó que la pandemia de covid-19 desafió al mundo y calificó de inadmisible que el país, teniendo un sistema de salud universal, haya registrado más de 700 mil muertes por la enfermedad.
"No olvidemos que el momento que debería ser de solidaridad no lo fue, al contrario: vimos inequidad en la distribución de vacunas, vimos varios países que no tenían acceso a la vacuna, a pesar de la visión de la salud como un bien púbico. Y Brasil tiene un papel fundamental en hacernos pensar en la salud como un bien público. Eso debe articular los sectores público y privado", dijo, al defender una visión del SUS como política social y factor estructurante del desarrollo ambiental, social e inclusivo del país.
Para la ministra, la pandemia agravó lo que llamó el proceso de deterioro de la salud brasileña, con un empeoramiento generalizado de los indicadores y retrocesos institucionales, presupuestarios y normativos que llevaron al desmantelamiento de las políticas, además de la pérdida de credibilidad como autoridad sanitaria. "Nuestra salud estaba enferma y nuestro trabajo será de cuidado y cura. Este es nuestro compromiso. Por lo tanto, los ejes de nuestra gestión son el fortalecimiento del SUS, para lo cual la financiación es fundamental."
Despilfarro
La situación dejada por el gobierno anterior, según el ministro, incluye 27,1 millones de dosis de vacuna covid-19 sin tiempo para distribuir y un desperdicio de casi 40 millones de dosis desde 2021, lo que representa una pérdida de 2 mil millones de reales para las arcas públicas, además de dosis e insumos que vencen en los próximos meses. "Al mismo tiempo que había desperdicio, también faltaban vacunas clave, como la de la poliomielitis, el sarampión, incluida la covid infantil, que se habían adquirido, pero en un volumen insuficiente para una campaña eficaz."