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Derechos Humanos

Brasileños muertos por la policía en 2023: casi el 90%, negros

Una investigación destaca el peso del racismo en la seguridad pública
Rafael Cardoso – Reportero de la Agência Brasil
Publicado en 09/11/2024 - 15:00
Río de Janeiro
Rio de Janeiro - Mães e familiares de jovens negros mortos por policiais protestam contra a violência com ativistas da Anistia Internacional em frente à Igreja da Candelária (Fernando Frazão/Agência Brasil)
© Fernando Frazão/Agência Brasil/Arquivo

Un estudio publicado el jueves (7) por la Red de Observatorios de Seguridad muestra que 4.025 personas murieron a manos de policías en Brasil en 2023. Los datos sobre raza y color estaban disponibles para 3.169 de estos casos: 2.782 de las víctimas eran negras, lo que representa el 87,8%.

La quinta edición del informe “Pele Alvo: Mortes Que Revelam Um Padrão” (Piel Apuntada: Muertes que Revelan un Patrón) contienen cifras obtenidas a través de la Ley de Acceso a la Información (LAI) en nueve estados. En todos ellos, el patrón es de una proporción muy elevada de negros asesinados por intervención del Estado: Amazonas (92,6%), Bahía (94,6%), Ceará (88,7%), Maranhão (80%), Pará (91,7%), Pernambuco (95,7%), Piauí (74,1%), Río de Janeiro (86,9%) y São Paulo (66,3%).

Silvia Ramos, científica social y coordinadora de la Red, considera que las cifras son “escandalosas” y refuerzan un problema estructural del país: el racismo, que atraviesa diferentes áreas como la educación, la salud y el mercado de trabajo, pero que tiene su cara más crítica en la seguridad pública.

“El perfil del sospechoso se refuerza en las corporaciones. Los policías aprenden a tratar de forma diferente a un joven blanco con traje en la ciudad que a un joven negro con pantalones cortos y chanclas en una favela. La cuestión es: el 99,9% de los jóvenes negros de las favelas y periferias llevan pantalones cortos y chanclas. Y todos ellos son vistos como peligrosos y como posibles objetivos que la policía puede matar si lo necesita”, afirma la investigadora.

Coordenadora Silvia Ramos durante o lançamento da Rede de Observatórios de Segurança, que fará o monitoramento e análise de dados sobre segurança pública e direitos humanos no Rio de Janeiro, São Paulo, Ceará, Pernambuco e Bahia.
Silvia Ramos, científica social y coordinadora de la Red de Observatorios de Seguridad - Tânia Rêgo/Agência Brasil

Analizando por estados, Bahía es el estado con la fuerza policial más letal, con 1.702 muertes. Este fue el segundo número más alto registrado desde 2019 entre todos los estados monitoreados.

“Lo que vemos en Bahía es una escalada. Desde que la Red comenzó a monitorear el estado, hubo un aumento del 161% en las muertes. De 2019 a 2023, ocurrió lo siguiente dentro de la policía local: en lugar de frenar el uso de la fuerza letal, se lo fomentó. No es sólo porque los delincuentes se enfrentan más a la policía. Es porque hay una policía cuya acción letal ha sido autorizada”, afirma la científica social. “Si los policías matan mucho, reciben felicitaciones de sus mandos e incentivos institucionales, la tendencia es que este tipo de acciones violentas se fomenten cada vez más.”

El estudio también destaca el hecho de que los jóvenes son los más victimizados por la policía, especialmente los que tienen entre 18 y 29 años. Cita como ejemplo negativo a Ceará, donde este grupo representa el 69,4% de todas las muertes. Más grave aún es el hecho de que, en todos los estados analizados, 243 de las víctimas eran niños y adolescentes de entre 12 y 17 años.

Reducción

En algunos estados hubo una reducción de los homicidios policiales. En Amazonas, donde hubo una caída del 40,4% y un cambio en la distribución territorial de las víctimas, la mayoría de las muertes se produjo en el interior del estado. Maranhão, Piauí y Río de Janeiro también registraron una disminución de víctimas mortales en comparación con 2022: 32,6%, 30,8% y 34,5%, respectivamente.

En Ceará y Pará, hubo descensos más discretos en las muertes debidas a la intervención del Estado: 3,3% y 16%, respectivamente. Sin embargo, el número de víctimas negras aumentó un 27% en Ceará y un 13,7% en Pará.

Medidas

Agência Brasil se puso en contacto con algunas de las secretarías de seguridad de los estados para pedirles que comentaran el estudio.

La Secretaría de Seguridad Pública y Defensa Social de Pará dijo que “viene invirtiendo en la calificación de los agentes y en equipos tecnológicos que legitiman las acciones de seguridad, como el uso de 1.600 cámaras corporales por parte de los agentes. Además, se han adquirido armas de incapacitación neuromuscular para la Policía Militar y Civil, destinadas a la contención sin riesgo de lesiones graves”.

Según la secretaría, también se han implementado políticas de inclusión social, como las nueve Plantas de Paz, un complejo estatal multifuncional con servicios gratuitos para promover la ciudadanía y combatir la violencia. La secretaría atribuye a estas iniciativas la reducción del 15,89% de las muertes por intervención de agentes del estado de enero a diciembre de 2023, en comparación con el mismo período de 2022.

De acuerdo con la Secretaría de Asuntos de Seguridad Pública del Estado de São Paulo, “las muertes por intervención policial son el resultado de la reacción de los sospechosos a la acción de la policía”. El organismo garantiza que todos los casos de este tipo son investigados rigurosamente por la Policía Civil y Militar, con seguimiento por parte de las Corregidurías, el Ministerio Público y el Poder Judicial. También afirmó que “invierte continuamente en la formación de la policía, en la adquisición de equipamientos con menor potencial ofensivo y en políticas públicas”.

La Secretaría de Seguridad Pública y Defensa Social de Ceará afirmó tener un compromiso con “reducir estigmas y la vulnerabilidad de personas negras” y que dialoga con la Secretaría de Igualdad Racial para coordinar acciones de lucha contra la discriminación. El organismo informó que los profesionales de seguridad pública participan en capacitaciones iniciales y continuas para brindar una atención humanizada a las personas negras y otros grupos vulnerables.