Países en desarrollo compartirán experiencias en el sector agrícola
Los países de América Latina tienen mucho en común, incluido el papel destacado que desempeña la actividad agropecuaria en sus economías. En Brasil, por ejemplo, la buena cosecha del año pasado fue uno de los factores que llevaron el país a cerrar el año por primera vez con la inflación por debajo de la meta fijada por el Banco Central. En la opinión del flamante director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Manuel Otero, el intercambio entre los países puede contribuir para el desarrollo de todo el bloque.
El veterinario argentino asumió el cargo el lunes (15). Trabaja en el IICA hace 25 años y durante ese tiempo llegó a ser representante del instituto en Brasil, de 2010 a 2015. El IICA está vinculado a la Organización de los Estados Americanos (OEA) y tiene como principal objetivo fortalecer la cooperación técnica en proyectos con entidades federales y estatales. Actualmente, 22 de esos proyectos se están desarrollando en Brasil.
En una entrevista exclusiva con Agência Brasil, Otero dijo que su administración fomentará intercambios y proyectos conjuntos entre los países. Acerca de Brasil, señaló que pese al panorama de crisis, el país no debe olvidarse de los pequeños agricultores de la agricultura familiar.
En la actualidad, la agricultura familiar es responsable del 70% de los alimentos que llegan a la mesa de los brasileños, entre los cuales se destacan productos como mandioca, frijoles, maíz y café. Sumados, los más de 4 millones de establecimientos familiares en el país representan el 38% del Producto Interno Bruto Agropecuario, el equivalente a US$ 16,76 mil millones por año.
Transcribimos a continuación los principales fragmentos de la entrevista:
Agência Brasil: ¿Cómo ve la situación económica de Brasil y sus impactos, especialmente sobre los pequeños productores?
Manuel Otero: Me gustaba mucho el leitmotiv del Ministerio del Desarrollo Agrario brasileño [actual Secretaría Especial para la Agricultura Familiar y el Desarrollo Agrario] que decía que la agricultura familiar era parte de la solución y no del problema. Es una forma optimista de intentar crear oportunidades para el futuro de la agricultura familiar. Este es un tema complicado y un problema universal. La agricultura busca, a nivel mundial, generar avances escalonados, y a menudo olvida a los agricultores familiares. Debemos pensarlos como productores de una agricultura de nicho, muy especializada. En la Unión Europea hay buenas experiencias, como en Francia, por ejemplo, con las denominaciones de origen y las producciones certificadas, que le dan a los productos una identidad local que los mercados suelen pagar. Tratamos de avanzar en esa dirección.
Agencia Brasil: ¿Cómo incentivar de forma equilibrada tanto los agronegocios como la agricultura familiar?
Manuel Otero: El famoso modelo de agricultura dicotómica se presenta en prácticamente todos los países. Brasil es caso de libro, porque es muy típico. Por un lado están los agronegocios, que evolucionan y generan cada vez más volúmenes de producción. Por otro, está la agricultura familiar, que requiere más y mejores políticas para que los agricultores familiares puedan ser completamente incluidos en los procesos productivos.
Agência Brasil: Usted defiende una mayor industrialización de la agricultura. ¿Cómo lograr eso en América Latina?
Manuel Otero: Hay que industrializar la agricultura generando más valor para la producción primaria y adoptando energías renovables y nuevos insumos para la industria. Hoy, por ejemplo, productos como el maíz o el trigo generan miles de diferentes alternativas y eso potencia mucho el comercio.
Agência Brasil: Con respecto a las poblaciones vulnerables, ¿cómo ve la cuestión de las mujeres y de los jóvenes en las zonas rurales?
Manuel Otero: Es fundamental entender que las mujeres y los jóvenes tienen un papel clave. Ellos son los primeros en dejar las áreas rurales. Las mujeres porque están mejor calificadas que los hombres y los jóvenes porque no disponen de acceso a internet y opciones de entretenimiento en el campo. Por eso es fundamental crear oportunidades para que esos jóvenes no abandonen el campo y también para atraer a una nueva generación de jóvenes más capacitados para manejar los tractores, los drones y la agricultura de precisión. Necesitamos un nuevo perfil de recursos humanos para esa revolución agrícola que ya está en marcha.
Agência Brasil: ¿Cómo puede un organismo internacional que reúne a países latinoamericanos como el IICA promover una mayor cooperación entre ellos? ¿Es posible intercambiar los modelos?
Manuel Otero: Hoy día todos los temas son de naturaleza compartida. Cuando pensamos en la defensa agropecuaria o cuando analizamos el mapa de plagas y enfermedades, eso normalmente se comparte entre los países. Así que es mucho mejor tener un gran proyecto supranacional, con componentes nacionales [adaptados a la situación de cada país] que muchos proyectos nacionales [individuales]. Asimismo, aprovecho para enfatizar la cooperación Sur-Sur. Todo país tiene buenas prácticas, tecnologías y experiencias exitosas, sin importar su grado de desarrollo. El IICA puede integrar todas esas buenas prácticas y ponerlas a la disposición de los países, con vistas a acelerar el proceso de desarrollo agropecuario.
*La reportera viajó a invitación del IICA
Traducción: Lucas Magdiel
Fonte: Países en desarrollo compartirán experiencias en el sector agrícola