Las cadenas productivas de la bioeconomía tendrán incentivo en Brasil
El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil lanzó en Río de Janeiro el programa Bioeconomía Brasil Sociobiodiversidad. La iniciativa tiene como objetivo fortalecer las cadenas productivas que usan los recursos naturales de forma sostenible, generando ingresos para pequeños y medianos agricultores y para comunidades tradicionales.
“Queremos mirar las actividades que desarrollan como cadenas productivas del sector primario brasileño. Vamos a pensar en de qué forma se puede agregar más valor y generar ingresos para los agricultores, extractivistas y ribereños que están en la punta, y pensar en la posibilidad de desarrollarse agroindustrias, de alcanzar los mercados internacionales”, dijo el secretario de Agricultura Familiar y Cooperativismo del ministerio, Fernando Schwanke.
El lanzamiento se produjo en la apertura de Green Rio, feria de negocios que se celebra anualmente desde 2012, y reúne expositores, ponentes, emprendedores y representantes de la llamada bioeconomía. Abierto al público y con entrada grátis, el evento va hasta el sábado (25) en Río.
Schwanke explicó que el programa Bioeconomía Brasil Sociobiodiversidad es una remodelación de otro programa con foco en el extractivismo, que se originó en el Ministerio de Medio Ambiente. La reformulación fue pensada para más profesionalización al extractivismo y a la agricultura familiar, haciéndolos más fuerte para la economía brasileña. Según Schwanke, el sector moviliza actualmente cerca de US$ 200 millones al año, pero tiene potencial para crecer.
“Se dice que solo el açaí, en cuestión de 10 años, podrá movilizar US$ 2.500 millones. De todas las cadenas productivas de que estamos hablando, tal vez esa sea la que mejor logró organizarse para atender tanto el mercado nacional como el mercado internacional”, dijo.
Según el secretario, la agricultura familiar tiene un papel importante en la utilización de la sociobiodiversidad brasileña para la creación de productos de alto valor agregado, que pueden tener aplicación, por ejemplo, en la industria alimenticia, farmacéutica y de cosméticos.
Proyectos
Cinco proyectos integran el programa: Pro-Extractivismo; Rutas de la Sociobiodiversidad; Potencialidades de la Agrobiodiversidad Brasileña; Energías Renovables para la Agricultura Familiar; y el proyecto Hierbas Medicinales, Aromáticas, Condimentarias, Aceites y Té Especiales de Brasil.
Todavía no hay previsión del volumen de recursos que se invertirán. “Tal vez la articulación sea incluso más importante que el dinero. Necesitamos alinear a todos los actores y quizás hasta captar recursos internacionales, por ejemplo, del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo. Bajo el paraguas del ministerio, tenemos innumerables acciones orientadas hacia la organización de esas cadenas productivas”, dijo Schwanke.
Una preocupación especial se dedicará a la cuestión logística. “Estamos hablando de productos que salen de la floresta, que llegan a una villa, que a veces tienen que ser transportados por mil, dos mil o tres mil kilómetros para llegar a su mercado”, agregó.
Acuerdo
También en la apertura de Green Rio, el Ministerio anunció un acuerdo de cooperación técnica con el instituto Julius Kühn, vinculado al gobierno de Alemania. Según Schwanke, los alemanes tienen una tecnología avanzada en el área de fármacos, que incluye métodos evolucionados para la extracción de aceites de plantas medicinales. Se desarrollarán acciones conjuntas, con la participación de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), estatal vinculada al Ministerio.
Green Rio
De acuerdo con la coordinadora de Green Rio, Beatriz Martins Costa, las novedades presentadas por el Ministerio son los principales destaques de esta edición del evento. “Hay varios programas de bioeconomía en todo el mundo, pero yo no conozco a ninguno que tenga ese recorte, que tenga una mirada enfocada en la agricultura familiar y en el cooperativismo, y eso es estratégico para Brasil”, dijo.
Beatriz explicó que la primera edición del evento nació paralelamente a Río + 20, conferencia de las Naciones Unidas sobre desarrollo sostenible, realizada en 2012 en Río de Janeiro. En la época, la preocupación era dar centralidad a las discusiones en torno a la bioeconomía, que implica una preocupación por el agotamiento de los recursos naturales y busca promover cadenas productivas que adoptan procesos sostenibles. “Va desde un producto orgánico hasta una energía renovable, como la biomasa por ejemplo”, explicó.
El evento también propicia la interacción entre el productor y el consumidor con espacios para la comercialización de productos. En la feria, el Servicio Social del Comercio de Río de Janeiro (Sesc Rio) ofrece además talleres sobre buenas prácticas de sostenibilidad económica y ambiental, que enseñan, por ejemplo, consejos de reaprovechamiento de cápsula de café, cuero, tejido y plásticos.