ONU: el hambre alcanzó a 828 millones de personas en 2021
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El número total de personas afectadas por el hambre en todo el mundo ha aumentado en 150 millones desde el comienzo de la pandemia del nuevo coronavirus y alcanzó los 828 millones en 2021.
Así lo revela el informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, presentado el miércoles (6) por cinco organismos de las Naciones Unidas (ONU): la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU y la Organización Mundial de la Salud (OMS). La publicación en inglés se puede descargar aquí: https://www.fao.org/documents/card/en/c/cc0639en.
En la evaluación de los responsables de las cinco agencias, el informe destaca la intensificación de los principales factores de inseguridad alimentaria y malnutrición, que son “los conflictos, las perturbaciones climáticas y los choques económicos, combinados con las crecientes desigualdades”.
El documento señala que el mundo se está alejando del objetivo de acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas hasta 2030. Tras permanecer relativamente sin cambios desde 2015, la proporción de personas afectadas por el hambre, que rondaba el 8% en 2019, creció al 9,3% en 2020 y siguió aumentando en 2021, hasta alcanzar el 9,8% de la población mundial.
Otra cifra preocupante es que unos 2.300 millones de personas en el mundo (el 29,3% del total) se enfrentaron a una inseguridad alimentaria moderada o grave el año pasado, lo que supone 350 millones más en comparación con el periodo prepandémico. Unos 924 millones de personas (el 11,7% de la población mundial) se enfrentaban a la inseguridad alimentaria en niveles graves, lo que supuso un aumento de 207 millones de personas en dos años.
Guerra
Los representantes de las agencias subrayaron la guerra en curso en Ucrania, en la que están implicados dos de los mayores productores mundiales de cereales básicos, semillas oleaginosas y fertilizantes. El conflicto está interrumpiendo las cadenas de suministro internacionales y haciendo subir los precios de los cereales, los fertilizantes y la energía, así como los alimentos terapéuticos utilizados por niños gravemente desnutridos.
Las cadenas de suministro ya se están viendo afectadas negativamente por los cada vez más frecuentes fenómenos meteorológicos extremos, especialmente en los países de bajos ingresos, con graves consecuencias para la seguridad alimentaria y la nutrición a nivel mundial, destacaron los organismos.
Los firmantes del informe consideran que, ante la amenaza de una inminente recesión mundial y sus implicaciones en los ingresos y gastos públicos, una forma de apoyar la recuperación económica sería a través de la redefinición de las ayudas alimentarias y agrícolas para alimentos nutritivos específicos en los casos en los que el consumo per cápita, es decir, por individuo, aún no alcanza los niveles recomendados para una dieta saludable.
“Corresponde a los gobiernos replantearse la asignación de los recursos utilizados para fomentar la producción, el suministro y el consumo de alimentos nutritivos con el fin de que las dietas saludables sean más baratas, accesibles y equitativas para todas las personas.” El documento recomienda que los gobiernos reduzcan las barreras comerciales para alimentos nutritivos como frutas, verduras, legumbres y hortalizas.
Futuro
El escenario previsto para 2030 no es optimista, según el informe. Se prevé que unos 670 millones de personas (el 8% de la población mundial) seguirán pasando hambre en 2030, "incluso si se tiene en cuenta una recuperación económica mundial". La cifra es similar a la de 2015, cuando se lanzó el objetivo de acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición para el final de esta década en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Brasil
En cuanto a Brasil, el documento indica que la prevalencia de la inseguridad alimentaria severa aumentó de 3,9 millones, o el equivalente al 1,9% de la población, entre 2014 y 2016, a 15,4 millones (7,3%) entre 2019 y 2021. La prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave en relación con la población total aumentó de 37,5 millones de personas (18,3%) entre 2014 y 2016 a 61,3 millones de personas (28,9%) entre 2019 y 2021.