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Gobierno brasileño defiende reestructuración del Fondo Amazonia

Unos US$ 850 millones ya han sido donados al fondo desde 2008
Alex Rodrigues – Reportero de Agência Brasil
Publicado en 08/08/2019 - 09:38
Brasilia
Amazônia
© Marcello Casal Jr/Arquivo/Agência Brasil

El ministro brasileño de Medio Ambiente, Ricardo Salles, defendió una vez más la necesidad de reestructurar el Fondo Amazonia, el más grande proyecto de cooperación internacional para preservar el área forestal de aproximadamente 4,1 millones de kilómetros cuadrados.

Entre las medidas propuestas por Salles está la reestructuración del “sistema operativo” del fondo a través de la revisión del Comité Directivo del Fondo Amazonia (COFA). El organismo, que reúne a representantes de los gobiernos federales, de los nueve estados brasileños de la Amazonia Legal de y seis entidades de la sociedad civil, es responsable de establecer pautas y criterios para la aplicación de los recursos del Fondo, así como para monitorearla.

La Amazonia Legal cubre los estados de Acre, Amapá, Amazonas, Pará, Rondônia, Roraima y parte de Mato Grosso, de Tocantins y de Maranhão.

O ministro do Meio Ambiente, Ricardo Salles, participa de  audiência pública no Senado, sobre a gestão do  Fundo Amazônia.
Salles asistió el miércoles (7) a una audiencia pública en la Comisión de Integración Nacional, Desarrollo Regional y de la Amazonia, en la Cámara de los Diputados - Fabio Rodrigues Pozzebom/Agência Brasil

Participación

“Entendemos que el grupo gestor de los recursos debe participar no solo en la elección de proyectos de manera más activa, sino también en la ejecución y seguimiento de los resultados. Es por eso que se pretende cambiar la forma de trabajo del Comité Directivo del Fondo Amazonia”, dijo Salles, quien asistió el miércoles (7) a una audiencia pública en la Comisión de Integración Nacional, Desarrollo Regional y de la Amazonia, en la Cámara de los Diputados.

Según el ministro, la propuesta del gobierno brasileño es transformar el COFA en un grupo de carácter consultivo. “Bajo su orientación, habría un grupo ejecutivo, con unos siete representantes que, como máximo cada dos meses, supervisarían la elección, la implementación y los resultados de la aplicación de los recursos del fondo”, explicó Salles, calificando el cambio de concepción como “fundamental” para permitir la verificación de los resultados de los proyectos ejecutados.

Según Salles, aproximadamente US$ 850 millones ya han sido donados al fondo desde que fue creado, en 2008. Los principales donantes son Noruega (unos US$ 800 millones) y Alemania (cerca de US$ 50 millones). El dinero está administrado por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), que asigna al fondo las donaciones recibidas.

Objetivos

Legalmente, los fondos deben ser usados para “llevar a cabo aplicaciones no reembolsables en acciones para prevenir, monitorear y combatir la deforestación y para promover la conservación y el uso sostenible de la Amazonia Legal”. Esto implica actividades tales como el manejo de florestas públicas y áreas protegidas; el control, monitoreo e inspección ambiental; manejo forestal sostenible; actividades económicas desarrolladas a partir del uso sostenible de la vegetación; realización de zonificación ecológica y económica, planificación y regularización del uso de la tierra; conservación y uso sostenible de la biodiversidad; y recuperación de áreas deforestadas.

“Nos preguntamos si estamos alcanzando los objetivos previstos del fondo”, dijo el ministro, al explicar los orígenes de la controversia en torno a sus recientes declaraciones sobre el fondo. En mayo, Salles dijo que había indicios de irregularidades en la gestión y ejecución de proyectos patrocinados por el Fondo. Las declaraciones llevaron a los representantes de Noruega y Alemania a convocar una reunión con el ministro.

Durante la audiencia pública en la Cámara, Ricardo Salles afirmó que los mismos técnicos del BNDES ya reconocieron problemas. “Encontramos, en un primer análisis, una deficiencia muy grande, si no absoluta, en los instrumentos para medir los resultados de la aplicación del dinero y de la rendición de cuentas”, dijo el ministro.

Según él, unos 50% de los US$ 850 millones destinados al fondo ya han sido aplicados –una mitad para proyectos de estados y municipios; otra para los desarrollados por entidades del tercer sector, totalizando 104 de los contratos firmados desde que se creó el fondo–.

Intereses brasileños

Salles consideró que los casi US$ 850 millones donados al Fondo Amazonas son inexpresivos “frente a las necesidades de una región tan grande”. El fondo, según él, solo debe analizarse desde el punto de vista de los intereses brasileños. “Si este no es el caso, no estamos hablando de donaciones, sino de asignación condicionada de recursos, lo que no me parece ser el caso”, dijo Salles, reiterando que corresponde a Brasil decidir el “modelo de desarrollo que se pretende para la región”.

“El gran donante del Fondo Amazonia, Noruega, explota petróleo en el Círculo Polar Ártico, un área sensible. Al mismo tiempo, fomenta ONGs que bloquean completamente el debate sobre la explotación de recursos naturales en la Amazonia. Mira qué contradicción”, dijo Salles.

El ministro también defendió el equilibrio y dijo que es necesario buscar la sostenibilidad económica en la región. Salles criticó la “visión de congelación absoluta” de la Amazonia, que dificulta “toda y cualquier explotación sostenible de los recursos naturales”.