Debate climático: Influencers digitales hacen inmersión en el bosque
Pasar días conviviendo con las tradiciones y costumbres de una comunidad indígena en plena selva amazónica, y estimular diálogos, reflexiones y acciones en defensa del medio ambiente. Esta es la experiencia que propone el proyecto Academia de Creadores, una iniciativa del Instituto Oyá, organización no gubernamental dirigida por la activista y emprendedora social Kamila Camilo, que se dedica al debate sobre el cambio climático.
A finales de julio, el proyecto llevó a un grupo de 70 comunicadores, en su mayoría influencers digitales con miles de seguidores en las redes sociales, a una inmersión de cinco días en la Tierra Indígena Puyanawa, en el extremo oeste de Acre, a unos 700 kilómetros (km) de la capital, Río Branco. El año pasado, otro grupo había realizado una inmersión similar en una comunidad ribereña del Amazonas.
"La idea es utilizar el poder de las personas que comunican e influyen en otras para aumentar el volumen de información sobre los efectos del cambio climático", dice Camilo. "Para mí, el mayor desafío de la agenda climática en las noticias y en Internet es que no tiene el rostro de los amazónicos. Solo hay números, estadísticas. Cuando conseguimos dar el rostro de la gente, llevar a convivir a personas de mundos tan diferentes, eso da más fuerza al mensaje", añade.
Durante la inmersión, los participantes interactuaron con los indígenas en la fabricación de harina de mandioca, un alimento ancestral, nadaron en un arroyo, con derecho a un baño de hierbas medicinales preparado por el jefe de la aldea, se hicieron pintar el cuerpo por los indígenas con jenipapo y urucum, participaron en danzas rituales, además de, sobre todo, desarrollar lazos mutuos de afecto y conexión real con los anfitriones.
Percepciones
Con más de 146.000 seguidores en las redes sociales, el creador de contenidos Mister Prav, originario de Benín, en la costa occidental de África, formaba parte del grupo que viajó a Acre y quedó conmovido por la experiencia.
Además de su trabajo en moda y estilo de vida, Prav narra en las redes sociales su trayectoria como inmigrante africano en Brasil y ayuda a difundir aquí la cultura de África, algo que, a pesar de la profunda relación histórica entre las dos orillas del Atlántico, los brasileños conocen poco.
"Vine a vivir, a entender al pueblo puyanawa. Estos cambios climáticos no están afectando únicamente a Brasil, sino a todo el mundo. Me doy cuenta de que tengo algo que decir. Mi misión ahora es llevarlo a las comunidades, tanto de africanos que están aquí como del continente africano".
Thuane Nascimento (Thux), directora ejecutiva de Perifa Connection, plataforma que articula redes de comunicación y moviliza a jóvenes de las periferias de todo el país, destaca que, más que vivir una experiencia diferente y notable, la inmersión en tierra indígena es una llamada a la acción en defensa de la selva y de los pueblos que la habitan, que también son periferias en el sistema capitalista.
"Una cosa muy importante que el proyecto de la Creators Academy intenta poner en la agenda no es solo que la gente sienta, que se sumerja, sino que salga con un compromiso con la lucha por la justicia climática, contra el racismo ambiental, en defensa de estos espacios, que son periféricos, porque no están en el centro sociocultural, político y económico de Brasil", observa.
También invitada a la experiencia, la artista indígena Kaê Guajajara alertó sobre la necesidad de abrirse a la verdadera escucha, que va más allá de la propia inmersión. "No podemos llegar a un lugar con una idea formada, sino más bien comprender ese lugar y luego pensar en lo que podemos hacer juntos", argumenta.
"Creo que podemos afinar esta relación de lo que es realmente el bienestar de la Tierra. Como pueblos indígenas, pensamos en las comunidades, en la agricultura para la comunidad, para el colectivo, y no en la idea de mercantilización. No pensar en la naturaleza como un producto, sino como una cultura. No se trata de llegar a un pueblo, decir que lo hemos conocido, se trata de ver cómo aplicar eso en la vida, qué podemos estar haciendo, de hecho, para estar más cerca de ese bienestar, de la equidad", añade.
El influencer digital Ivan Baron, que es una persona con discapacidad (PCD) y tiene casi medio millón de seguidores en internet, fue otro de los creadores de contenidos que participó en la experiencia. Baron fue una de las personalidades que subió la rampa junto al presidente Luiz Inácio Lula da Silva durante su toma de posesión el 1 de enero, en compañía de nombres importantes como el jefe Raoni. Para él, la intersección de la agenda de los pueblos indígenas, la justicia medioambiental y las personas con discapacidad es fundamental.
"Fue mi primera vez en un pueblo indígena. Como persona con discapacidad, me enfrenté a algunos retos, como la falta de accesibilidad. Realmente creo que es necesario hacer esta interseccionalidad, todos estamos en proceso de evolución. Crecí como persona, pude acercarme a la agenda de la justicia climática, a la agenda de los pueblos indígenas y pretendo reflejar estos temas en mi trabajo", afirmó.
Comunicación por el cambio
Las primeras incursiones de Kamila Camilo en la Amazonía se remontan a 2017, cuando participó en el proyecto Barco Hacker, invitada por otra emprendedora social, Kamila Brito, que llevó a activistas de la tecnología audiovisual a islas amazónicas del interior de Pará. A partir de entonces, su relación con el bioma nunca se rompió. Vinieron otros voluntariados a la región y, por su trabajo, llegó a participar en algunas ediciones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP) en el exterior. Fue entonces cuando se dio cuenta de que este debate estaba lejos de formar parte de la vida de los jóvenes brasileños.
"Durante una de estas COP, en Glasgow, Escocia, hablaba con Raull Santiago [comunicador y activista] y nos dimos cuenta de que todo era muy técnico, que esta conversación sobre el cambio climático nunca podría llegar de esta manera a Complexo do Alemão y a otras periferias de Brasil", cuenta.
"Salí de estos eventos mundiales de la ONU pensando: '¿Cómo voy a conseguir que la sociedad se una por la Amazonia? No es un tema sexy'. Mirando estos modelos de impacto, no veía ninguna intervención de comunicación en la agenda climática que acelerara la participación de la sociedad, porque todo era muy técnico, muy difícil de explicar", dice Brito.
Al analizar los actuales modos de consumo masivo de información, la activista detectó una vacuidad. Brasil es actualmente el tercer mayor mercado consumidor de redes sociales del planeta. Según un estudio de Nielsen Media Research, cerca de 500.000 personas actúan como influencers en el país, con al menos 10.000 seguidores cada una.
La consultora Cadastra señala, por ejemplo, que el aumento del uso de las redes sociales ha llevado a las personas a buscar información y recomendaciones de productos y servicios a través de personas a las que admiran y en las que confían. En este sentido, el 60% de las personas prefieren creadores que les hablen y con los que se identifiquen a la hora de tomar una decisión de consumo o de comportamiento. Además, más de un tercio de estos usuarios se sienten estimulados por la opinión de un influencer de confianza.
"La única intervención que he visto acelerar el cambio de comportamiento en la sociedad hasta la fecha ha sido la publicidad, ha sido la comunicación. La comunicación es el factor central para acelerar el cambio de comportamiento en la sociedad. Si los jóvenes compran porque les guían personas influyentes, si no van a leer, porque no tienen paciencia para leer, y necesitan información rápida, pero de calidad, ¿puedo enviar cosas a estas personas? Para hablar con estas personas, necesito hablar con quien ellos confían. Por eso pensamos en traer aquí a gente que habla nuestro idioma, pero que aún no está comprometida con nuestra causa por la justicia climática", explica Kamila Brito.
*La reportera viajó invitada por el proyecto Creators Academy.