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General

Lluvias afectaron a unos 3 mil establecimientos sanitarios en el Sur

Muestra un mapeo realizado por el Observatorio Climático de Fiocruz
Mariana Tokarnia – Reportera de la Agência Brasil
Publicado en 20/05/2024 - 15:47
Río de Janeiro
Hospital de campanha já está em funcionamento em Estrela-RS para atender a população. Novos profissionais da Força Nacional do SUS chegaram e o Escritório de monitoramento do Governo Federal foi instalado. Foto: Nísia Trindade Lima/X
© Nísia Trindade Lima/X

Cerca de 3 mil establecimientos de salud pueden haber sido afectados de alguna forma por el desastre climático en Río Grande del Sur, entre consultorios, clínicas, centros de salud especializados y farmacias. Territorios ya vulnerables en el estado también fueron impactados: más de 40 comunidades quilombolas, 240 favelas y cinco aldeas indígenas. Los datos forman parte del mapeo realizado por el Observatorio de Clima y Salud, vinculado a la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz).

Los investigadores analizaron los puntos de inundación obtenidos a partir de imágenes de radar y satélite y comprobaron los establecimientos y territorios situados en estas zonas, utilizando datos del Registro Nacional de Establecimientos de Salud, el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), la Fundación Palmares y la Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas (Funai), entre otros. 

Según la investigadora Renata Gracie, el principal objetivo del trabajo es apoyar la actuación de los poderes públicos y de la sociedad civil, ahora y en el futuro, en la reconstrucción y recuperación de las zonas afectadas. Gracie subraya que será necesario cuidar cada vez más de la salud de las personas, ya que pueden sufrir enfermedades cutáneas, virus y otras relacionadas con el contacto con el agua sucia y los microorganismos. Para que el Estado pueda ayudar a la gente, es importante saber qué centros sanitarios están disponibles y cuáles se han visto afectados. 

“Vamos a tener un problema complejo debido a las enfermedades. Muchos centros de salud se han inundado y la gente no podrá acceder a ellos. Así que este sistema es para que los gestores locales vean el tamaño de lo que se ha visto afectado, para hacer un diagnóstico de la situación”, explica. 

Además, Gracie afirma que los mapas pueden ayudar a la propia población a identificar los servicios que aún están disponibles en su barrio.  

La idea es darlo a conocer a todo el público, a los gestores y a la sociedad civil. Si la sociedad tiene acceso, podrá indicar qué se necesita en su zona. “A menudo, las personas que no pueden desplazarse debido a la situación caótica que viven actualmente la mayoría de las ciudades no saben lo que funciona y lo que no. Así que la idea es intentar dar información a la gente que también vive allí su día a día", explica.

Zonas vulnerables 

La encuesta indica que unos 2,5 millones de personas fueron afectadas por estos sucesos. Se destaca que hay que prestar atención a las zonas que ya estaban en situación de vulnerabilidad incluso antes de la catástrofe y que pueden necesitar más atención. Hay 167 áreas identificadas como favelas y cinco aldeas indígenas que, según los datos, están en contacto directo con las zonas inundadas, así como las situadas en las inmediaciones de estas áreas críticas, lo que aumenta el riesgo de impactos graves en el periodo posterior a la catástrofe.

Las comunidades quilombolas, reconocidas por sus valores históricos y culturales, también están en riesgo. Hay siete áreas quilombolas situadas directamente en la zona de inundación, así como otras que también pueden haber sido impactadas. “La vulnerabilidad de estas comunidades se ve agravada por factores socioeconómicos y por la falta de infraestructuras adecuadas, desafíos comunes en regiones históricamente marginadas”, dice la investigación.

“Esta situación pone de relieve la necesidad de una sólida estrategia de salud pública, que debe abordar tanto las demandas inmediatas durante una catástrofe como el fortalecimiento de la resiliencia de las infraestructuras sanitarias para futuros acontecimientos. Las inversiones en mejoras físicas, formación del personal para una respuesta rápida y sistemas de comunicación eficientes serán vitales para garantizar la integridad de la salud pública.”

Gracie explica que los datos son estimaciones basadas en imágenes de satélite, que aún se necesitan análisis más precisos, pero que la cartografía puede ayudar a orientar las acciones de las autoridades públicas, la sociedad y los investigadores.