Brasil concluirá estudio sobre emisiones de mercurio en 2018

Hasta mañana (29), representantes de los países signatarios participan en la 1ª Conferencia de las Partes del Convenio de Minamata sobre el Mercurio (COP1), en Ginebra, Suiza. Ellos discuten mecanismos de financiamiento para la implantación de los dispositivos acordados, principalmente en el sector industrial.

El convenio entró en vigor el 16 de agosto y tiene por objeto reducir las emisiones y eliminar el uso del mercurio, con el fin de proteger la salud humana y el medio ambiente de los efectos nocivos del metal. A pesar de haber participado en la elaboración del texto, Brasil aún no tiene un estudio sobre las fuentes y emisiones de mercurio.

Según la coordinadora general de Calidad Ambiental y Residuos del Ministerio de Medio Ambiente (MMA), Letícia Carvalho, el proyecto de Evaluación Inicial del Convenio de Minamata en Brasil –o Proyecto MIA, del inglés Minamata Initial Assessment–, después de algunos retrasos, debe concluirse en junio de 2018. “A partir del inventario oficial, un plan de implementación oficial también será producido y pactado con el gobierno brasileño y los sectores productivos”, explicó.

El objetivo es tener una base de datos precisa para promover medidas de reducción y eliminación del metal en las fuentes relevantes, minimizando riesgos de contaminación.

El mercurio se utiliza en sectores industriales, como en la producción de cloro soda y en la minería artesanal de oro, además de ser encontrado en termómetros y medidores de presión y formar parte del compuesto de amalgamas dentales. Se lo emite a la atmósfera también a partir de procesos industriales como siderurgia, producción de cemento, incineración de residuos y plantas de energía a carbón (termoeléctrica).

Según Zuleica Nycz, representante de organizaciones no gubernamentales y movimientos sociales en la Comisión Nacional de Seguridad Química (Conasq) del MMA, se viene encontrando el mercurio en aves, peces y mamíferos, lo que es un riesgo principalmente para niños y gestantes. “Los problemas de salud significarán costos al sistema de salud más adelante, especialmente para países en desarrollo, que tienen mucha dificultad en manejar diagnósticos”, dijo.

Brasil no produce mercurio, y todo lo que utiliza viene de importaciones. Según datos del Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ibama), órgano que controla el comercio, la producción e importación de mercurio metálico, se importaron 8,1 toneladas del producto en 2015.

Zuleica Nycz cree que el problema más grande de Brasil respecto al mercurio es la extracción de oro, adonde llega gran parte de las importaciones de la sustancia que deberían destinarse al uso odontológico. Además, la cantidad de mercurio en la minería es desconocida y se pierde en el medio ambiente.

Proyecto MIA

El Proyecto MIA está en desarrollo desde 2015 y hoy tiene dos frentes de trabajo: el inventario de mercurio en la minería artesanal de oro y el inventario de todas las otras fuentes enumeradas en el Convenio de Minamata.

El Ministerio conformó el Grupo de Trabajo sobre el Mercurio (GT-Mercurio) en la Comisión Nacional de Seguridad Química (Conasq), reuniendo a los principales interesados en el Convenio para organizar de forma sistémica la implementación de los compromisos. “Sin embargo, es a partir del inventario que podremos medir los esfuerzos que tendrán que hacer los sectores”, dijo Leticia Carvalho, quien también es coordinadora del Grupo.

Minamata

El nombre de la convención rinde homenaje a las víctimas de un envenenamiento por mercurio que tuvo lugar en la ciudad japonesa de Minamata, donde una empresa química deshació toneladas de residuos del metal en ríos a partir de 1930. Los primeros síntomas de intoxicación se identificaron en la década de 1950, debido al efecto acumulativo en la cadena alimentaria, especialmente en los peces. Cientos de personas murieron por envenenamiento y miles han adquirido enfermedades y discapacidades físicas permanentes.

El acuerdo internacional fue firmado por 128 países en la ciudad de Kumamoto, también Japón, en octubre de 2013, y entró en vigor el pasado 16 de agosto, noventa días después de que fue ratificado por 50 países.

Traducción: Leonardo Vieira