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Medio ambiente

La COP16 crea organismo de ayuda a pueblos indígenas y quilombolas

Sin embargo, no habrá fondo para financiar los objetivos de la COP
Fabíola Sinimbú – Reportera de la Agência Brasil
Publicado en 05/11/2024 - 11:16
Brasilia
Cali, 31/10/2024 - Ministro do Meio Ambiente Marina Silva durante entrevista coletiva na COP16 da Biodiversidade. Foto: Felipe Werneck/MMA
© Felipe Werneck/MMA

La participación de los pueblos indígenas, quilombolas y comunidades locales en la estructura de negociación del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CDB) fue garantizada por una decisión sin precedentes durante la COP16 en Cali, Colombia, el pasado fin de semana. Casi 200 países apoyaron la creación de un nuevo órgano subsidiario global con poder consultivo en el proceso de toma de decisiones relativas a las comunidades.

“Hemos adoptado una decisión histórica y sin precedentes que por fin saca de la invisibilidad a las comunidades afrodescendientes que, con sus costumbres, tanto nos ayudan a preservar la biodiversidad y la naturaleza, los bosques, los ríos y todo aquello de lo que dependemos”, celebró la directora del departamento de Medio Ambiente del Ministerio de Relaciones Exteriores, Maria Angélica Ikeda.

COP16

Los países firmantes del convenio se reúnen cada dos años para tomar decisiones globales sobre el tema en la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) de las Naciones Unidas, que este año celebró su 16ª edición en Cali.

Creado durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, conocida como ECO92, en Río de Janeiro, el convenio es un tratado internacional que se ocupa de la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad y de la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos.

El órgano subsidiario se unirá a otros dos ya existentes que proporcionan asesoramiento científico y técnico sobre los elementos de negociación en apoyo de la secretaría encargada de organizar las COP sobre biodiversidad. Se trata de órganos permanentes, responsables también de la continuidad de los procesos entre mandatos.

Océanos

Otro de los avances de la COP16, que finalizó en la madrugada del sábado (2), fue el reconocimiento de las Áreas Marinas de Importancia Ecológica o Biológica (EBSAs - Ecologically or Biologically Significant Marine Areas).

Se trata de zonas específicas en los océanos, encargadas de equilibrar la biodiversidad marina y definidas según nueve criterios: singularidad o rareza; especial importancia para las etapas vitales de las especies; importancia para las especies o hábitats en peligro, amenazados o en declive; vulnerabilidad, fragilidad, sensibilidad o lenta recuperación; productividad biológica; diversidad biológica; y naturalidad.

Fondo global

También se creó el Fondo de Cali, un mecanismo financiero multilateral que permitirá la creación de un banco de recursos genéticos y el reparto equitativo de los beneficios generados. Al menos la mitad del fondo deberá destinarse a las comunidades tradicionales poseedoras de estos conocimientos.

En la práctica, las empresas que hagan uso de las propiedades de los recursos naturales, como farmacias e industrias, destinarán el 1% de sus beneficios o el 0,1% de sus ingresos al fondo global.

Artículo 21

En cambio, la creación de otro mecanismo para financiar los objetivos de la propia convención, prevista en un artículo del tratado, no avanzó en los debates plenarios finales. No hubo consenso sobre la estructuración de un fondo exclusivo para la biodiversidad, de forma que el “flujo de recursos sea predecible, adecuado y oportuno, de acuerdo con la cantidad de recursos requeridos”, como prevé el texto, creado hace 32 años y modificado por los países.

“Habría que empezar estas discusiones al principio de la COP. Necesitamos decisiones que garanticen, por primera vez, esos recursos, y después podremos discutir las obligaciones”, dijo Maria Angélica, después de que los debates sobre el artículo 21 fueran interrumpidos por los países desarrollados, que se suponía que iban a ser los financiadores del nuevo mecanismo.