Científicos brasileños comentan el juicio político
Científicos políticos criticaron los argumentos de los diputados en la sesión del pleno de la Cámara que votó el domingo (17) la admisibilidad del proceso de juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff. Los parlamentarios dedicaron los votos a sus familias, a Dios, a los evangélicos, a los cristianos, a los alcaldes de sus ciudades y a sus correligionarios. La sesión estuvo marcada por la presencia de carteles, banderas, himnos y gritos de batalla.
Con 367 votos a favor –más de dos tercios de los 513 diputados–, 137 en contra, siete abstenciones y dos ausencias, fue aprobada la institución del juicio político de Rousseff y ahora le toca al Senado decidir si juzga a la presidenta.
“Es espantoso, en un país republicano, que tiene principios de laicidad del Estado, plantear argumentos religiosos y familiares. Muy pocos mencionaron las verdaderas razones consideradas en el proceso. Es triste ver la calidad de los argumentos, todos basados en el entorno de los diputados, en temas de su interés”, dijo Marlise Matos, coordinadora del Núcleo de Estudios e Investigaciones sobre la Mujer en la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG).
La profesora señala que hay una lectura extraña de lo que sea el interés democrático. “Está muy claro que el problema no es la presidenta Dilma Rousseff o el PT. Tenemos un problema mucho más serio. Quedó explícita la insuficiencia del sistema representativo brasileño”, sostuvo Matos.
Según el profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Federal de Bahía (UFBA), Jorge Almeida, en ningún momento se caracterizó cualquier delito por parte de la presidenta Dilma Rousseff. “Muy pocos fueron los parlamentarios a favor de la destitución que argumentaron la existencia de delito de responsabilidad. Hablaron sobre cuestiones económicas, políticas, sociales, religiosas, familiares, y recordaron sus propios parientes. Eso demuestra la debilidad de este argumento y que era realmente un juicio basado en política.”
Pablo Ortellado, profesor de Gestión de Políticas Públicas de la Universidad de São Paulo (USP), dijo que para muchos brasileños fue un shock conocer el parlamento. “Es un parlamento muy malo, muy descalificado. Es muy alarmante la calidad de nuestros diputados.”
A su vez, Rodrigo González, profesor en el programa de posgrado en Ciencias Políticas de la Universidad Federal de Río Grande do Sul (UFRGS), dice que cada uno disfrutó de sus 30 segundos de fama. “Porque es bueno recordar que, excepto unos pocos líderes, la mayoría tiene pocas oportunidades de aparecer en los medios de comunicación nacionales. Fue una oportunidad para los diputados poco conocidos, y valía cualquier tipo de manifestación.”
Cambios inmediatos
González señaló que los discursos exaltados pueden provocar algún tipo de expectativa en la población, pero que no puede ser correspondida. “La inflación no bajará mañana, Temer no tomará posesión mañana. Por lo tanto, se crea una expectativa que no se podrá cumplir.”
El profesor dice que el país va a pasar por otro período tumultuoso hasta el proceso de juicio en el Senado. “No hay ninguna garantía de que a partir de mañana haya un país pacificado. Se exaltará aún más. Mientras tanto, los partidos que son de situación pasarán a la oposición”, dijo.
Alto quorum
Al contrario de lo que muchos pensaban, tan solo dos de los 513 diputados que componen la Cámara estuvieron ausentes en la votación del proceso de juicio político.
González cree que, en un momento de polarización, resultaría difícil a un diputado justificar su ausencia en el pleno. “Él no solo estaría perdiendo su visibilidad, sino que también sería condenado por haber huido de la lucha.”
Jorge Almeida, de la UFBA, considera que la presencia masiva de diputados en la votación de la Cámara fue resultado de cooptación, distribución de recursos y de puestos. “Fue un proceso muy degradado desde un punto de vista político. El Congreso se convirtió en una feria minorista. Gran parte de los votos fue resultado de intereses privados.”
Impactos
Para los científicos políticos, el impeachment es un instrumento legítimo que, sin embargo, deja traumas en una sociedad democrática.
“Debe ser utilizado en casos muy excepcionales, porque ya es un trauma cuando se utiliza dentro de lo prescrito, dentro de la ley. La ley de juicio político es muy abierta y permite que una cosa muy pequeña, como las maniobras fiscales, se utilicen para conducir el proceso. Eso deja una marca muy mala en la democracia brasileña. En el proceso de Collor [expresidente], el Congreso no estaba tan repartido, la sociedad no estaba tan dividida, y la acusación era más sólida”, dice el profesor Ortellado, de USP.
La decisión de la Cámara de Diputados de abrir el proceso de destitución contra Rousseff puede ampliar la división de la sociedad brasileña, cree Ortellado. “Esa polarización se está construyendo basada en sentimientos. Las personas se unen a una visión de grupo que está lista. No hay visiones intermedias. Si bien no cambiamos nuestra forma de ver la política, de manera más reflexiva, no vamos a salir de esta situación. No hay una buena solución. Cualquier lado que pierda se sentirá agraviado.”
Según Marlise Matos, el proceso muestra debilidad en el proceso democrático en Brasil. La profesora ve riesgos a la democracia brasileña y proyecta un escenario de retroceso y pérdida de derechos sociales en el Congreso. “Este Congreso, pronto se eligió, empezó a hacer propuestas de regresión. Vamos a tener que vivir con una agenda de retroceso de los derechos sociales”, dice.
Falta de legitimidad
La continuación del proceso, dijo Jorge Almeida, fue posible debido a que, además de la crisis económica y de las acusaciones de corrupción, Rousseff frustró todas las promesas de campaña que se hicieron, lo que llevó a la pérdida de legitimidad política del mandato. “Eso, teniendo en cuenta la legislación brasileña, no es razón para la destitución, pero es un elemento importante para entender la situación política.”
Según Almeida, parece que la decisión de la Cámara será seguida por el Senado, lo que implica poner en el poder a otro presidente sin legitimidad. “Michel Temer se hará cargo de la presidencia. Eso no va a resolver ningún problema nacional porque Temer, además del cuestionamiento respecto a la legalidad del mandato, incurre en los mismos problemas de Dilma.”
“Si bien hay pérdida de legitimidad de Dilma por no haber cumplido sus promesas, Temer nunca tuvo esa legitimidad. Brasil entrará en un período difícil”, afirmó Almeida, quien cree que el gobierno de Rousseff no trajo realizaciones concretas y existe el riesgo de retrocesos más grandes en logros históricos de los trabajadores.
Traducción: Leonardo Vieira
Fonte: Científicos brasileños comentan el juicio político