Brasil registra primera muerte relacionada con la viruela del mono

El Ministerio de Salud de Brasil confirmó este viernes (29) la primera muerte relacionada con la viruela del mono en el país. Las autoridades declararon que la víctima era un hombre de 41 años que ya estaba en tratamiento por otras enfermedades, incluido el cáncer, lo que provocó el deterioro de su estado de salud.

El hombre, cuyo nombre no fue revelado, habría sido ingresado en un hospital público de Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais, donde sufrió un shock séptico, agravado por la viruela del mono. "La causa de la muerte fue un shock séptico", dice la nota oficial.

Las autoridades sanitarias del estado reiteraron que el paciente, que vivía en la capital, ya estaba hospitalizado debido a "otras condiciones médicas graves."

Según los informes, Minas Gerais tiene 130 casos en investigación, además de los confirmados. En la tarde del jueves (28), sumaban 978 los casos confirmados de viruela del mono en Brasil.

Causada por el virus de la viruela del mono humana (hMPXV), la enfermedad ha sido declarada emergencia de salud pública de interés internacional por la Organización Mundial de la Salud. La decisión se basa en el aumento del número de casos en varios países, lo que aumenta el riesgo de propagación internacional.

Los expertos la clasifican como una enfermedad vírica rara, que se transmite por contacto estrecho con una persona infectada con lesiones cutáneas. El contacto puede producirse mediante abrazos, besos, masajes o relaciones sexuales. La enfermedad también se transmite por las secreciones respiratorias y el contacto con objetos, tejidos (ropa, sábanas o toallas) y superficies que haya tocado la persona enferma.

No existe un tratamiento específico, pero el cuadro clínico suele ser leve, con lesiones que requieren cuidados y observación. El mayor riesgo de empeoramiento lo tienen las personas inmunodeprimidas con VIH/sida, leucemia, linfoma, metástasis, receptores de trasplantes, personas con trastornos autoinmunes, mujeres embarazadas y lactantes, y niños menores de ocho años.