La ONU discute hacinamiento de las cárceles en Brasil

El hacinamiento en las cárceles brasileñas estará en la agenda del 31er periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Ginebra, este martes (8). En la ocasión, Juan Méndez, experto de la ONU en Derechos Humanos sobre la tortura, presenta un informe de su visita a Brasil, realizada en agosto de 2015.

En su documento, Méndez evalúa problemas como el hacinamiento de las cárceles, lo que crea tensión y un ambiente violento, donde malos tratos físicos y psicológicos son normales. El informe está disponible en los seis idiomas oficiales de la ONU.

“El grave hacinamiento hace que la situación en los establecimientos sea caótica y afecta enormemente a las condiciones de vida de los reclusos y a su acceso a alimentos, agua, asistencia letrada, atención médica, apoyo psicosocial y oportunidades laborales y educativas, así como a luz natural, aire fresco y actividades de esparcimiento”, dice el informe.

El documento contiene entrevistas con reclusos que reportaron torturas y malos tratos por parte de la policía. “Hay la ausencia de una política fuerte para hacer frente a los casos de tortura, y con la falta de responsabilización, la probabilidad es de que esa situación se perpetúe, e incluso de que esa práctica aumente, tanto en número como en gravedad”, cree Méndez.

El relator destaca medidas del gobierno federal, como el Mecanismo Nacional para la Prevención de la Tortura, pero señala que “se necesitan más esfuerzos para asegurar la implementación a nivel nacional de las garantías que ofrece”.

Méndez expresó su preocupación por la propuesta de reducir la edad penal y aumentar el período máximo de detención en instalaciones socioeducativas para menores, de los tres años actuales a un máximo de diez años. Él cree que la adopción de esas medidas podría empeorar la situación de las cárceles brasileñas.

El experto estuvo en misión oficial de 12 días en Brasil el año pasado, cuando realizó visitas no anunciadas a locales de detención, como comisarías de policía, detenciones temporales, prisiones, centros de detención de menores e institutos de salud mental. Estuvo en Brasilia y en los estados de São Paulo, Sergipe, Alagoas y Maranhão, donde habló con funcionarios federales y locales, instituciones gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil y asociaciones de víctimas.

Traducción: Leonardo Vieira