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Programa radiofónico Voz do Brasil cumple 88 años

El programa contribuye para promover la ciudadanía, dice profesor
Lucas Pordeus León - Reportero de Agência Brasil
Publicado en 24/07/2023 - 12:02
Brasilia
Brasília-DF, 21/07/2023, Há mais de 20 anos sem sua participação, o ex-apresentador André Luiz Alexandre de Souza, apresenta a edição comemorativa em homenagem aos  88 anos do programa A Voz do Brasil. Junto com ele a apresentadora Mariana Jungmann. Foto: Rafa Neddermeyer/Agência Brasil
© Rafa Neddermeyer/Agência Brasil

El programa radiofónico A Voz do Brasil cumplió 88 años de existencia. Es el programa de radio más antiguo del hemisferio sur que sigue en antena, según el Libro Guinness de los Récords.

Creado el 22 de julio de 1935 por el entonces presidente Getúlio Vargas, su difusión se hizo obligatoria para todas las emisoras en 1938, durante el régimen del Estado Novo. En 2015, el horario se flexibilizó y A Voz do Brasil ya podía emitirse entre las 19:00 y las 23:00 horas, de lunes a viernes.

En las primeras décadas de su existencia, cuando la radio era el principal medio de comunicación del país, el programa, entonces llamado Hora do Brasil, era la principal fuente de información sobre el gobierno para gran parte de la población, que vivía mayoritariamente en zonas rurales. En 1962, el Poder Legislativo pasó a ocupar parte del tiempo destinado al informativo, que hoy también se centra en las noticias del Poder Judicial y del Tribunal de Cuentas (TCU).

Incluso con el avance de la televisión e Internet, A Voz do Brasil conserva un público fiel, como Raimundo Nonato de Oliveira, jubilado de 77 años. Cuenta que gracias al programa conoció la guerra de Vietnam, la Segunda Guerra Mundial y la llegada del primer hombre a la Luna.

"Nos informamos sobre educación, sanidad, transportes. Nos ofrece una visión general del país. En las plantaciones de caucho, en las regiones más alejadas, es A Voz do Brasil la que pone al día al 'caboclo' de las selvas", dice Nonato de Oliveira, quien vive en el interior del estado de Acre, (norte) en la Amazonia brasileña.

El programa también informa a las generaciones más jóvenes. "A Voz de Brasil forma parte de mi vida", afirma la periodista y quilombola Janaína Neri, de 29 años, que vive en el estado de Bahía (noreste).

Según dice, la electricidad no llegó a su comunidad hasta que cumplió 18 años y, por eso, el programa siempre ha sido una de las principales fuentes de información en el quilombo.

La última encuesta sobre la audiencia del programa, publicada en 2015, registró que el 32% de los brasileños escuchaban A Voz do Brasil al menos una vez a la semana. La empresa Ibope Inteligência realizó la encuesta a petición de la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia de la República.

Fernando Oliveira Paulino, profesor de comunicación de la Universidad de Brasília (UnB), destaca que A Voz de Brasil ejerce la función de promover la ciudadanía en el país, especialmente al llevar información a las zonas más remotas, acercando la capital federal a otras regiones.

"El programa fue y sigue siendo fundamental para dar cuenta de las actividades internas de los poderes Ejecutivo, Judicial y Legislativo y, aun con los cambios tecnológicos, se mantiene vivo porque permite que la población sepa cómo nuestros gobernantes, que son las personas que producen efectos en la vida de la sociedad, vienen desarrollando sus acciones", observa.

Transparencia

A Voz de Brasil es necesaria porque asume un rol de transparencia respecto a los actos del gobierno, del Legislativo y del Judicial, argumenta el director presidente de la Empresa Brasil de Comunicação (EBC), Hélio Doyle, para quien el programa es un "patrimonio de la radio brasileña". La EBC es responsable de los 25 minutos asignados al Ejecutivo durante la emisión.

"Es uno de los instrumentos que tiene el gobierno para ponerse en contacto directo con la población. Durante un tiempo fue blanco de algunos ataques, ¿verdad? Como si el gobernante, quienquiera que sea, no pudiera dirigirse directamente a las personas y tuviera que usar intermediarios", dice. El gobierno, agrega Dolyle, tiene que comunicarse directamente con los ciudadanos, brindándoles "la oportunidad de tener acceso directo a la información [gubernamental]".