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En el río o en el mar, pescadores reclaman más políticas públicas

Comunidades también sufren violencia y efectos del cambio climático
Luiz Claudio Ferreira - Reportero de Agência Brasil
Publicado en 01/12/2024 - 09:00
Brasilia
Macau (RN) 22/11/2024 No cenário paradisíaco da praia de Macau (RN), aprender o ofício dos mais velhos significa a transmissão de um saber ancestral. Foto Divulgação dos pescadores.
© Foto Divulgação dos pescadores.

Rita de Cássia da Silva aprendió a pescar a los siete años gracias a su abuela. En la playa de Macau, en el estado brasileño de Rio Grande do Norte, esta actividad representa un conocimiento ancestral transmitido por generaciones, pero también una necesidad. "Éramos muy pobres. No podía dejarme sola", recuerda Rita.

A pesar de su amor por el mar, la pesca artesanal está lejos de ser idealizada. El hambre llevó a su esposo, en 1993, a aventurarse al mar una noche de luna llena, pero la tragedia lo alcanzó al entrar en una zona controlada por empresarios con estanques de camarón. "El vigilante de la empresa le disparó, y murió después", lamenta Rita. Este episodio dejó claro para su familia que el mar no era realmente suyo.

Grito

La pesca artesanal enfrenta numerosos desafíos. Más de 800 pescadores de 18 estados se reunieron la semana pasada en Brasilia durante el evento "Grito da Pesca Artesanal". Allí discutieron con organismos gubernamentales y otras entidades sobre violaciones de derechos, la regularización de comunidades tradicionales y los impactos del cambio climático en sus territorios.

Brasília (DF), 22/11/2024 - Rita de Cássia da Silva, participante do Grito da Pesca Artesanal fala à Agência Brasil. Foto: Wilson Dias/Agência Brasil
Rita de Cássia da Silva y otros 800 pescadores se reunieron en Brasilia durante el evento "Grito da Pesca Artesanal" - Wilson Dias/Agência

Rita, ahora con 45 años, trabaja desde una canoa a motor en el litoral de Rio Grande do Norte, donde nota los efectos del cambio climático. "Hoy hace mucho más calor, y especies como anchoas, lisas y tiburones son cada vez más escasas", comenta.

En el sur del país, Viviane Machado Alves, de 44 años, enfrenta otras dificultades en la Isla dos Marinheiros, en Rio Grande do Sul. Las inundaciones del primer semestre destruyeron el puente que conecta la isla con el estuario de Lagoa dos Patos, donde trabajan más de 4.800 pescadores. Alves denuncia problemas para acceder a ayudas, reconstruir casas y ampliar las áreas autorizadas para pescar.

En Minas Gerais, João Batista da Silva, de 50 años, pesca en el río São Francisco, en la comunidad quilombola de Caraíbas de Pedras de Maria da Cruz. La contaminación y el cambio climático han disminuido drásticamente la población de peces como el surubim, pacamão y curimatã, lo que afecta a las 40 familias que dependen del río para su sustento. "El río nunca ha vuelto a ser el mismo", lamenta Silva, quien, a pesar de haber criado a nueve hijos gracias a la pesca, enfrenta ahora amenazas debido a su labor de protección ambiental, motivo por el cual está incluido en un programa gubernamental de protección.

Apoyo

La Pastoral de Pescadores y Pescadoras destaca la necesidad de preservar las áreas pesqueras y proteger a estas comunidades. Según Marcelo Apel, secretario de Economía Solidaria de la organización, sus acciones buscan mitigar las desigualdades y la falta histórica de políticas públicas, promoviendo la defensa de los derechos de los trabajadores de la pesca artesanal.

El secretario nacional de Pesca Artesanal del Ministerio de Pesca y Acuicultura, Cristiano Ramalho, reconoce un déficit histórico en las políticas públicas destinadas a las comunidades de pescadores. Según él, el gobierno federal está trabajando para respaldar las demandas de los trabajadores y abordar cuestiones como los conflictos territoriales, la contaminación y los efectos del cambio climático. "Las demandas de las comunidades pesqueras, especialmente en temas de conflictos, contaminación y cambio climático, son profundamente sentidas. En estos casos, recurrimos a los órganos estaduales dentro del pacto federal", explicó Ramalho.

Brasília (DF), 22/11/2024 - João Batista da Silva, participante do Grito da Pesca Artesanal fala à Agência Brasil. Foto: Wilson Dias/Agência Brasil
João Batista da Silva, y otros 800 pescadores se reunieron en Brasilia durante el evento "Grito da Pesca Artesanal" - Wilson Dias/Agência

En este contexto, destacó el programa Pueblos Pescadores Artesanales, lanzado el año pasado. Este programa busca coordinar esfuerzos entre diversos ministerios y niveles de gobierno, incluyendo áreas como la salud, para apoyar a los pescadores artesanales.

Entre las principales iniciativas del programa se incluyen becas para jóvenes pescadores, fortalecimiento de la cadena productiva de la pesca artesanal, combate al racismo ambiental y construcción del primer Plan Nacional de Pesca Artesanal. "Es fundamental fortalecer la política del Estado para un sector vulnerable que necesita apoyo", afirmó Ramalho.

El secretario destacó que cerca de 1,2 millones de personas se dedican a la pesca artesanal en Brasil, con el 80% de ellas concentradas en las regiones norte y nordeste. La mayoría son hombres y mujeres negros, evidenciando que la pesca artesanal es una de las expresiones más marcadas de la desigualdad histórica del país.