Científicos usan soja transgénica para producir proteína contra el sida
La biotecnología propone, cada día, nuevos rumbos para la industria farmacéutica. La novedad es que científicos de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) han logrado extraer y purificar la cianovirina cultivada en soja transgénica. La cianovirina es una proteína presente en las algas marinas que es capaz de impedir la proliferación del virus VIH en el cuerpo humano.
La investigación fue publicada en la revista científica Science y demuestra que las semillas de soja genéticamente modificadas son, hasta ahora, la biofábrica más eficiente y una opción viable para la producción a gran escala de la proteína. “Hemos trabajado para lograr este paso desde hace cinco o seis años. Hemos podido acumular gran cantidad de cianovirina dentro de la soja y purificarla”, explicó Elíbio Rech, investigador de la división Embrapa Recursos Genéticos e Biotecnologia.
Desarrollada desde 2005, la investigación con biofábricas para la cianovirina se realiza en colaboración con el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos y la Universidad de Londres. El objetivo es producir un gel con propiedades viricidas, para que las mujeres se lo apliquen en la vagina antes de la relación sexual.
El investigador señala que el gel no es una vacuna contra el sida, tampoco un sustituto de los condones, sino un complemento importante en el sistema. “Nuestro enfoque es principalmente África, donde gran parte de las mujeres son infectadas con el VIH por sus parejas. En la cultura de muchos países, no se respeta el uso de condones. Con este producto, la mujer no necesita que el hombre elija usar o no. Ella misma puede prevenirse”, dijo Rech.
Según Embrapa, si se planta la soja transgénica en un invernadero menor que un campo de béisbol (97,54 metros), se puede producir cianovirina suficiente para proteger a una mujer durante 90 años.
Biofármacos
Los biofármacos, o medicamentos biológicos, se obtienen por fuentes o procesos biológicos, por medio del uso industrial de microorganismos o células genéticamente modificadas. La técnica consiste en insertar los genes de interés en genomas de plantas que puedan asimilar sus propiedades y producir, a gran escala, proteínas modificadas idénticas a la original.
El origen de este tipo de trabajo se produjo en la agricultura. “Luego empezamos a considerar el uso de la soja y del tabaco no solo para la agroindustria, sino también para el sector farmacéutico y para el sector industrial”, dijo Rech, quien también trabaja con biofábricas de tabaco.
Para él, las investigaciones con biofármacos fomentan el mercado farmacéutico, lo que hace que los medicamentos lleguen al consumidor a un costo más bajo, y valoran aún más al agronegocio brasileño, ya que añaden valor a las plantas.
Rech subraya que el papel de Embrapa en la producción del activo tecnológico se cumplió. La tecnología se enviará ahora a ensayos clínicos en laboratorios e institutos asociados y, posteriormente, será transferida al sector industrial.
Asociaciones de Embrapa
En el caso del gel viricida, los científicos contarán, durante las próximas fases de desarrollo, también con la colaboración del Consejo de Investigación Científica e Industrial de Sudáfrica. Según Embrapa, los países en desarrollo con altos índices de infestación por el sida tendrán exención de pago de regalías por la licencia de producción y por el uso interno.
Junto con otras instituciones, Embraba también considera establecer biofábricas para la producción del factor IX, que se utiliza para el tratamiento de la hemofilia B, una enfermedad hemorrágica hereditaria que conduce a la pérdida de movilidad en el paciente.
Los investigadores también desarrollaron una soja que producirá la hormona del crecimiento humano (hGH), utilizada por personas con trastornos de crecimiento, y asimismo trabajan con el aislamiento de genes de arañas de la biodiversidad brasileña para el desarrollo de fibras sintéticas como las de las telarañas: flexibles y resistentes. Para explicar los posibles usos de esta fibra, Rech la compara con el plástico, es decir, sirve para casi todo.
El intenso trabajo con la soja tiene una razón para el investigador. Además de que la planta cuenta con un sistema de producción consolidado en Brasil, es excelente desde el punto de vista biológico, ya que el 40% de la semilla es proteína y el resto es aceite. “La soja es una planta maravillosa, y tenemos la posibilidad de hacer ingeniería con ella. Conocemos su genoma completo, así que la manejamos como queramos”, explicó Elíbio Rech.
Traducción: Leonardo Vieira
Fonte: Científicos usan soja transgénica para producir proteína contra el sida