Estudio señala "años dorados" de la minería en el gobierno Bolsonaro
El Observatorio de Minería y el monitor socioambiental Sinal de Fumaça han lanzado esta semana el informe Pura Dinamita: Cómo la Política Mineral del Gobierno Bolsonaro Armó una Bomba Climática y Antiindígena, en el que examinan cómo se dio la cadena de medidas que favorecieron al sector. Además, como anticipa el nombre del documento, hay un análisis sobre los impactos de las directivas adoptadas en la época, que aún exigen cuidados de la actual gestión.
Según las entidades, las decisiones del período pueden resumirse como "la combinación explosiva entre el desprecio por los derechos territoriales y humanos y una sofisticada estrategia de lobby corporativo". El documento destaca que la puesta en marcha de acciones de interés de los empresarios e inversores del sector fue posible gracias al apoyo de los parlamentarios.
Un ejemplo de este aspecto fue el lanzamiento del Frente Parlamentario Mixto de la Minería, con 236 diputados y senadores, que tuvo lugar en junio de 2019 y que prestó mayor atención, según el informe, a la minería de los pequeños y medianos empresarios.
"Años dorados"
Durante los cuatro años de Bolsonaro en la Presidencia, escriben las entidades, tanto la minería industrial como la ilegal vivieron "años dorados", con cientos de miles de millones de reales invertidos en el mercado nacional y mundial. A lo largo de 84 páginas, los autores reportan, mes a mes, hechos como la ruptura del dique de desechos minerales en Brumadinho, Minas Gerais, y el objetivo del gobierno federal de permitir que empresas extranjeras exploten las reservas de uranio de Brasil, de unas 609 mil toneladas.
Aún no había terminado el año 2019 y el Ministerio de Minas y Energía proponía que se liberara la minería en las llamadas Florestas Nacionales (Flonas), una categoría de área que debe contar con la protección especial del Estado, como unidad de conservación.
El informe también destaca puntos como la falta de inspectores en determinados lugares, para que no hubiera barreras a la realización de prácticas ilegales de minería. Un caso citado es el de los estados de Pará y Amapá. "Sólo en Itaituba [municipio de Pará], en las márgenes del río Tapajós, más de 18 mil solicitudes de permiso de minería esperan por el análisis de la agencia", añaden los autores para dar la dimensión de la vulnerabilidad de la región. A lo largo del río Tapajós viven indígenas Kayapó y Munduruku, dos de los tres pueblos más afectados por la minería, junto con los Yanomami.
La prensa como enemiga
Para el director del Observatorio de la Minería, Maurício Angelo, un indicio de que los actos del gobierno representaron amenazas al medio ambiente y a un conjunto de derechos es la actitud de las autoridades hacia los periodistas. "De forma muy clara y deliberada, decidieron no responder a la prensa, ya sea por los canales oficiales, a través de las oficinas de prensa, o dificultando mucho la obtención de datos a través de la Ley de Acceso a la Información", afirma Angelo, quien también es investigador del Centro de Desarrollo Sostenible de la Universidad de Brasilia (UnB).
Maurício Angelo considera que la actual configuración de las cámaras del Parlamento no debe ayudar en la reversión de leyes aprobadas durante el gobierno Bolsonaro, ni en los intentos de detener otras propuestas que están en trámite y van a votación, como es el caso del proyecto que autoriza la explotación en tierras indígenas. "Evidentemente, a pesar de parlamentarios de centro, centroizquierda e izquierda, el Congreso sigue siendo mayoritariamente de derecha y aliado a esas agendas que interesan a la industria minera y al agronegocio", dice, y agrega que la militarización de órganos como la entonces Fundación Nacional del Indio (Funai) también contribuyó a la situación denunciada en el informe.
Respecto a una posible presión de la comunidad internacional para frenar los excesos de las empresas mineras, el director considera que el nivel de recuperación es menor que en los casos que sólo implican deforestación, por ejemplo. Aunque la deforestación y la minería están estrechamente relacionadas.
"Como el mundo tiene una demanda muy alta para abastecerse de estos minerales esenciales y estratégicos en los próximos años, los proyectos de minería son vistos como necesarios y no hay ninguna crítica, ningún sesgo crítico en estos acuerdos que se hacen. Al contrario, es visto como algo necesario, positivo, que tiene que ser realizado, independientemente del gobierno, ya sea aquí en Brasil o en el exterior. Lo que, por supuesto, genera y generará diversos impactos sociales y ambientales también en el futuro", sostiene.
Agência Brasil buscó la oficina de prensa del expresidente Jair Bolsonaro y de su exministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, quien permaneció más tiempo en el cargo durante la gestión – desde enero de 2019 hasta mediados de mayo de 2022 –. Sin embargo, no obtuvo respuesta.