Embrapa enseña técnicas de biofortificación en el Congo

Investigadores de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) están en la República Democrática del Congo, en África, con el objetivo de enseñar a los técnicos locales a medir la cantidad de carotenoides en alimentos biofortificados, como la yuca amarilla y el camote (batata). Los carotenoides son pigmentos que se encuentran en la naturaleza y son los responsables del color de la mayoría de las frutas y vegetales. Las clases en el Congo terminarán el próximo viernes (22).

“Vamos a crear una especialización en el Congo y en países que están desarrollando la yuca amarilla y el camote pero no tienen como medir con precisión la cantidad de carotenoides. Actualmente, se lo está cuantificando por medio de las cintas de colores. Ahora avanzaremos químicamente”, dijo el investigador José Luiz Viana, que integra la Red BioFORT, coordinada por la Embrapa Agroindustria de Alimentos, con sede en Río de Janeiro.

La Red BioFORT utiliza la biofortificación –enriquecimiento de alimentos a través del mejoramiento genético convencional– para seleccionar y aumentar el contenido de micronutrientes en el arroz, frijol, camote, yuca, maíz, frijol caupí, calabaza y trigo, y así generar nuevos cultivos con mayores niveles de pro-vitamina A, hierro y cinc. Esto fortalece la lucha contra la carencia de micronutrientes en el cuerpo humano, conocida como “hambre oculta”, que provoca, entre otras enfermedades, la anemia y la ceguera nocturna.

La Embrapa Agroindustria ya enseñó a equipos congoleños cómo medir por el sistema de cinta de colores. Ahora, tras las mejoras en el laboratorio africano donde se realiza el proyecto, Viana y la investigadora Izabela Castro impartirán entrenamientos para que los técnicos aprendan a llevar a cabo pruebas químicas y tener mejores condiciones de seleccionar el material genético. “Con esto, podemos proporcionar a los socios un poco más de capacitación técnica”, dijo Viana.

Paso a paso

Entrenamientos similares ya se realizaron en Nigeria, Uganda y Mozambique. Como en el Congo se habla el francés, fue necesario traducir el material didáctico a este idioma. El investigador dijo que el objetivo, en una etapa posterior, es mejorar la técnica para, en lugar de cuantificar los carotenoides totales, como ahora, mensurar el contenido de carotenoides aisladamente, por fracciones, como se hace actualmente con el beta-caroteno y alfa-caroteno, por ejemplo. Viana destacó que, sin embargo, hay que dar un paso a la vez, porque el curso es costoso e implica entrenamiento y personal especializado.

El equipo para esta nueva etapa cuesta entre US$ 70 mil y US$ 80 mil, lo que requerirá la elaboración de un proyecto que se presentará a la Fundación Bill y Melinda Gates, que, junto a otras entidades, financia acciones de biofortificación de alimentos en África.

Según datos recientes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), el 48% de los niños con menos de 5 años en todo el mundo presentan anemia debido a carencia de hierro en el organismo, y el 30% tienen carencia de vitamina A. En enero de este año, el director general de la FAO, el brasileño José Graziano, dijo que la agricultura es el “motor de crecimiento” para acabar con el hambre en África. Se celebra en 2014 el Año Africano de la Agricultura y la Seguridad Alimentaria, en paralelo con el Año Internacional de la Agricultura Familiar de la ONU.

Traducción: Leonardo Vieira