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Masacre y resistencia: hechos históricos de la realidad yanomami

El impacto de la minería en las comunidades se denuncia hace décadas
Letycia Bond – Reportera de Agência Brasil
Publicado en 05/02/2023 - 08:33
São Paulo
FAB transportou mais de 2,5 toneladas de alimentos para brasileiros na Terra Indígena Yanomami (Roraima)
© Twitter Força Aérea Brasilia

En la Tierra Indígena Yanomami, que abarca una superficie de 9,6 millones de hectáreas, hace décadas los dirigentes locales y periodistas independientes vienen denunciando como la minería afecta a las comunidades. Los yanomamis son un pueblo que recuerda constantemente uno de los sucesos más impactantes y extremos de violación de los derechos humanos, conocido como la Masacre de Haximu. Fue el primer caso reconocido por la justicia brasileña como delito de genocidio.

La matanza ocurrió en agosto de 1993. El conflicto comenzó cuando los mineros ilegales del Alto Orinoco incumplieron un acuerdo hecho con los yanomamis que viven en una región montañosa en la frontera entre Brasil y Venezuela. El 15 de junio, siete mineros invitaron a seis indígenas a ir de caza y ejecutaron a cuatro de ellos por el camino.

En represalia, los indígenas asesinaron a uno de los mineros. Pasó poco más de un mes y, el 23 de julio, un grupo de mineros invadió la aldea donde se encontraban algunos yanomamis – la mayoría mujeres y niños – y mató a 12 de ellos a tiros y machetazos. Las víctimas eran un hombre, una mujer, tres adolescentes, dos ancianas, cuatro niños y un bebé.

Otros episodios de violencia

En 2022 se cumplieron 30 años de la demarcación de la tierra indígena, en medio de problemas que aún no tienen solución definitiva. Según el Consejo Indígena Misionero (CIMI), la comunidad de Xihopi realizó una celebración para conmemorar la fecha el mes de junio, pero también aprovechó la ocasión para compartir denuncias de episodios de violencia que siguen causando los mineros. Se calcula un total de 20 mil mineros en la Tierra Indígena actualmente.

Ocho meses antes, el 13 de octubre de 2021, los líderes de la comunidad Macuxi Yano, en la región del río Parima, informaron a la Hutukara Associação Yanomami de la desaparición de dos niños, de 5 y 7 años, mientras jugaban en el agua, cerca de una balsa minera. Un equipo del Cuerpo de Bomberos inició inmediatamente la búsqueda y, ese mismo día, encontró el cadáver del menor. Al día siguiente, la corporación halló al segundo niño, también sin vida.

En abril de 2022, otra tragedia destrozó al pueblo yanomami. La pérdida de una niña de 12 años, violada y asesinada por mineros en la comunidad de Aracaçá, en el estado de Roraima, fue la causa del luto. La región es una de las más afectadas por la minería.

Malaria e inseguridad alimentaria

El hambre, la malaria y la contaminación por mercurio coinciden en la región. En respuesta, el Ministerio de Salud declaró una Emergencia de Salud Pública de Importancia Nacional e instaló un Centro de Operaciones de Emergencia de Salud Pública, el COE Yanomami.

Las amenazas a la seguridad alimentaria, especificamente, ya fueron objeto de alerta por parte del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en octubre de 2019, cuando el organismo denunció el hambre entre los niños yanomamis. En aquel momento, se calculaba que ocho de cada diez niños menores de 5 años en la parte aldeada sufrían desnutrición crónica, una afección que puede comprometer irreversiblemente el desarrollo mental, motor y cognitivo o incluso provocar la muerte.

Desde que salieron a la luz imágenes de yanomamis desnutridos, también se han planteado debates como la necesidad de seguir un cierto protocolo de divulgación, para respetar la memoria de las víctimas de la crisis socioambiental que destroza aquel territorio.