Brasil perdió un 2% de sus territorios cubiertos por agua en 2024
Brasil perdió 400 mil hectáreas de superficie de agua en 2024, una extensión equivalente a más de dos veces la ciudad de São Paulo, según la actualización de la serie histórica de MapBiomas Agua, publicada este viernes (21). El territorio del país cubierto por cuerpos hídricos y embalses quedó en 17,9 millones de hectáreas, lo que representa una disminución del 2% en comparación con los 18,3 millones registrados en 2023.
De acuerdo con la nueva colección de mapas y datos de cobertura del territorio nacional por superficie de agua, se acentúa la trayectoria de disminución de esta área en la última década, en la que se registraron ocho de los años más secos de la serie histórica iniciada en 1985. En este período, solo en 2022 hubo una recuperación de la superficie de agua, alcanzando los 18,8 millones de hectáreas.
Según el investigador Juliano Schirmbeck, coordinador técnico de MapBiomas Agua, Brasil está más seco debido a la dinámica de ocupación y uso del suelo asociada a eventos climáticos extremos.
"Estos datos sirven como una alerta sobre la necesidad de estrategias adaptativas de gestión hídrica y políticas públicas que reviertan esta tendencia", afirma.
En 2024, la Amazonía registró 10,9 millones de hectáreas de superficie de agua, representando el 61% del total en Brasil. La Mata Atlántica registró 2,2 millones de hectáreas o el 13% del total, el Pampa 1,8 millones de hectáreas o el 10% del total, el Cerrado 1,6 millones de hectáreas o el 9% del total y la Caatinga 981 mil hectáreas o el 5% del total.
Pérdidas de agua
El Pantanal, el menor de los seis biomas brasileños, registró en 2024 solo 366 mil hectáreas de superficie de agua, lo que representa apenas el 2% del total del país. Sin embargo, este bioma tuvo una reducción del 4,1% en comparación con el año anterior y fue el más afectado por la reducción desde 1985, con una pérdida del 61% de su superficie de agua a lo largo de estos años.
"Desde la última crecida en 2018, el bioma ha enfrentado un aumento de los períodos de sequía y, en 2024, la sequía extrema incrementó la incidencia y propagación de incendios", explica el investigador Eduardo Rosa, del equipo de MapBiomas Agua.
La sequía extrema que afectó a la Amazonía en 2024 también impactó sus superficies de agua, provocando una reducción de 1,1 millones de hectáreas en comparación con 2023 y de 4,5 millones de hectáreas en relación con 2022.
El año pasado, casi dos tercios (63%) de las 47 subcuencas hidrográficas registraron pérdida de superficie de agua en comparación con el promedio histórico. Subcuencas del Río Negro ya han perdido más de 50 mil hectáreas en la media histórica.
"Han sido dos años consecutivos de sequías extremas en la Amazonía, y en 2024 la sequía llegó más temprano, afectando cuencas que no fueron fuertemente impactadas en 2023, como la del Tapajós", destaca el investigador de MapBiomas Carlos Souza Jr.
Ganancias de agua
En comparación con 2023, el bioma Pampa se mantuvo prácticamente estable, con un aumento de aproximadamente 100 mil hectáreas de área cubierta por agua, quedando aún un 0,3% por debajo de su promedio histórico.
Según Juliano Schirmbeck, esto se debe a los extremos climáticos, que son señalados como la principal consecuencia de los cambios provocados por el calentamiento global.
"El Pampa tuvo un inicio de año con sequías, siendo marzo el mes más seco del año. En abril y mayo ocurrió una crecida extrema, alcanzando la mayor superficie mensual de los 40 años de la serie histórica", explica.
A lo largo del año pasado, la Caatinga, el Cerrado y la Mata Atlántica se mantuvieron por encima del promedio histórico, destacándose la Caatinga, que terminó el año con seis mil hectáreas más que en 2023 y la mayor área cubierta por agua en los últimos 10 años.
Según el investigador Diêgo Costa, del equipo Caatinga de MapBiomas, este resultado indica la consolidación de un ciclo de crecidas iniciado en 2018, pero es necesario estar alerta. "A pesar de este escenario favorable, persisten áreas con sequías recurrentes, especialmente a lo largo de la cuenca del São Francisco y en la región del Seridó Nordestino —territorios particularmente vulnerables a la desertificación", subraya.
"Aguas artificiales"
Un fenómeno observado en el bioma Cerrado fue la sustitución de cuerpos hídricos naturales, como ríos y lagos, por superficies de aguas artificiales como presas y embalses. A lo largo de los 40 años de la serie histórica, las regiones donde ocurre el bioma han visto sus superficies de agua naturales reducirse del 62% al 40% en 2024. Mientras tanto, las superficies artificiales aumentaron del 37% al 60% el año pasado. Como resultado, las áreas ocupadas por agua en el bioma permanecieron sin cambios en el último año.
En general, en Brasil, ha habido un crecimiento histórico de la superficie de agua artificial, con un aumento de 1,5 millones de hectáreas a lo largo de la serie histórica. Entre los biomas que más concentran embalses y represas se encuentran la Mata Atlántica (33%) y el Cerrado (24%).
Aunque aún representan el 77% del área cubierta por agua en el país, los cuerpos de agua naturales han disminuido en un 15% en estos 40 años.
Según Schirmbeck, el aumento de la superficie de agua en el Cerrado, la Caatinga y la Mata Atlántica se debe al crecimiento del agua almacenada en hidroeléctricas y otros tipos de embalses.
