Protesta contra el fin de la vaquejada llega a la capital brasileña
Una manifestación contra la prohibición de la vaquejada reúne este martes (25) en la Explanada de los Ministerios, en Brasilia, a vaqueros y empresarios de distintos estados brasileños. Los manifestantes niegan que la tradicional fiesta taurina implique maltrato a animales y afirman que, además de ser una práctica cultural, es una fuente de empleo e ingresos.
Según los organizadores del evento, unos 700 camiones de transporte con cerca 2 mil animales –principalmente caballos– y unas 6 mil personas vinieron a Brasilia para participar en la protesta.
El pasado 6 de octubre, el Supremo Tribunal Federal (STF) declaró inconstitucional una ley del estado de Ceará que reglamentaba la vaquejada. Tras la decisión de los magistrados, la práctica se volvió ilegal por estar relacionada con el maltrato de animales.
El vaquero Clayton Araújo, de 35 años, vive en Paratinga, en el estado de Bahia. Según él, la actividad es parte de la historia de su familia y de la cultura de muchos brasileños que viven en el nordeste del país. Agregó que la vaquejada se ha modificado mucho en los últimos años y que hoy día se toman muchos cuidados para evitar el maltrato de los animales.
“Ya hubo malos tratos. Cuando empecé a correr, la pista era dura y machucaba el toro, hoy la pista es de arena. Antes derribábamos el buey y lo tirábamos de la cola, algo que ya no ocurre. También empleábamos becerros, pero tras la regularización, esa práctica está prohibida. Hoy utilizamos el protector de cola”, dijo.
Araújo resalta que muchas personas viven de la fiesta, y que prohibirla afectará a trabajadores de pequeñas y grandes ciudades tales como criadores, vaqueros y transportistas.
Cadena de producción
Según la Asociación Brasileña de Criadores de Caballo Cuarto de Milla (Abqm) y la Asociación Brasileña de Vaquejadas (Abaq) cada año se llevan a cabo cerca de 4 mil vaquejadas en el país, la mayoría en el Nordeste, y que la actividad genera 700 mil empleos directos e indirectos.
Las asociaciones afirman que, en los últimos 10 años, la actividad fue reglamentada para brindar seguridad a los competidores y a los animales. Sostienen que en lugar de prohibir la vaquejada, las autoridades deberían adoptar medidas para garantizar su continuidad.
Raul Leão, propietario del parque Leão de Vaquejada, en Brasilia, advierte que el impacto económico causado por la prohibición de la fiesta afecta una amplia cadena de producción que incluye la fabricación de sillas de montar, raciones y medicamentos.
“Es lamentable que hayan emitido ese fallo sin antes hacer una audiencia pública para discutir lo que la vaquejada representa para el país”, dijo Leão.
Traducción: Lucas Magdiel
Fonte: Protesta contra el fin de las vaquejadas llega a la capital brasileña